Terminada la conciliación obligatoria, la empresa volvió a descontar a los trabajadores los días sin producción por el lock-out. Algunos compañeros no cobraron ni un peso esta quincena. La recomendación de retomar los descuentos vino de un equipo de abogados de Puerto Madero, cuyos sueldos seguramente superan la cantidad de dinero que se les descontó a los trabajadores.

Esta actitud revela que el único objetivo de Roberto Reidy (dueño de la fábrica) es golpear a la comisión interna, desorganizar la fábrica y atacar a las familias trabajadoras.

 

Los descuentos realizados son ilegales, en tanto el tiempo que se descuenta fue el tiempo de lock-out. Esto fue denunciado en tiempo y forma por el sindicato. El ministerio con su conciliación obligó a la empresa a pagar. Pero además, en un escrito presentado por el dueño, la propia empresa reconoce haber apagado las máquinas. 

 

Luego de los descuentos, en una reunión en la municipalidad de Ezeiza, los funcionarios se comprometieron a hablar con Alejandro Granados (que también intervino en el conflicto de Cresta Roja) para que intervenga en esta etapa del conflicto. Hasta ahora, la única participación del municipio fue llenar la fábrica de policía y gendarmería para reprimir a los trabajadores frente a cualquier acción que decidieran llevar adelante.

 

Los trabajadores, en asamblea, decidieron hacer todas las presentaciones legales necesarias e iniciar un quite de colaboración a principios de la semana. Esta patronal negrera quiere quebrar la organización de la fábrica y lo único que logra es reforzarla.