Sindicales

2/5/1996|492

Nuevo Bloque Sindical: Que convoque a una huelga activa y a un Congreso de Bases

Un conjunto numeroso de sindicatos, del MTA y de la CGT, convocó a un plenario de delegados para celebrar el 1º de Mayo, lo que dio estado oficial a una nueva división de la burocracia de la CGT. Se destaca en el nuevo frente sindical la Unión Obrera Metalúrgica, que parece haberse decidido a dar este paso luego de su fracaso para mantener a Fiat dentro del convenio de la UOM.


El texto de la convocatoria dice que el plenario  “elaborará un plan de acción destinado a recuperar la movilización y organización del movimiento obrero”, a la vez que explica la “Convocatoria (por ) la inoperancia de los cuerpos orgánicos de la Confederación General del Trabajo”. También “rechaza la engañosa propuesta de constituir un Consejo del Trabajo y del Empleo, vaciado de contenido…”.


¿Qué posibilidades tiene este nuevo agrupamiento?


La trayectoria del MTA y del CTA son muy ilustrativas de la incapacidad de cualquiera de los sectores en que se divide la burocracia sindical para enfrentar los planes capitalistas y del gobierno y de responder a las necesidades de los trabajadores. Las burocracias ‘opositoras’ despilfarraron el potencial de lucha de la Marcha Federal y la insurgencia que se manifestó en numerosas provincias, e incluso las traicionaron (Córdoba). Las paraliza el temor a impulsar una acción decisiva y de conjunto de las masas, así como los intereses y prebendas que las atan con la situación actual. La liquidación de conquistas avanza con tanta o más virulencia en los sindicatos ‘opositores’ que en los oficialistasy cuenta en igual o mayor medida con la complicidad de sus directivos.


Es incuestionable que esta todavía no definida escisión, fue provocada por la inminente liquidación de las obras sociales y por la intención de los burócratas de los gremios más fuertes de absorber a las obras sociales más chicas. Junto con el retroceso sindical que van imponiendo los convenios del tipo de Fiat-Smata, esto ha privado de oxígeno financiero a buena parte del aparato sindical.


El manifiesto de los sindicatos que convocaron al plenario del 1º de Mayo se destaca por su absoluta falta de referencia a un programa.  Menciona, por ejemplo, la “destrucción de las obras sociales” pero no plantea la oposición a que se privatice la salud y a que se encarezca la atención médica. Denuncia la “precarización laboral”, pero no reclama la vigencia de la jornada de ocho horas y un salario mínimo de 1.200 pesos, igual al costo de la canasta familiar. Denuncia el “aumento de la exclusión y la marginalidad”, pero no plantea un seguro al parado de 500 pesos. Denuncia, por último, al Consejo del Empleo, pero no plantea la independencia del movimiento obrero ni la necesidad de una lucha contra el gobierno de Menem-Cavallo. Cuando la protesta no va unida a un programa, ni la denuncia da pie a reivindicaciones concretas, se está mucho más cerca de la demagogia que de la lucha, y también más cerca de la impotencia que de una perspectiva.


Los sindicatos que firman el manifiesto no reconocen en ningún momento su responsabilidad en la creación de la catastrófica situación actual; por lo tanto, no cuestionan sus políticas. Entre los convocantes se encuentra la Asociación Bancaria, que denuncia la “destrucción de las obras sociales” mientras les saca 200.000 dólares a los bancarios para que una consultora yanqui la ayude a integrarse al proceso de privatización de la salud y a despedir a los trabajadores del ISSB.


Los convocantes saben que en los próximos meses deberán discutir los reclamos patronales para imponer el convenio Fiat en sus sindicatos e incluso una amenaza del gobierno de mandar un proyecto de ley para desregularizar al movimiento sindical, permitiendo los contratos de trabajo individuales. Si este nuevo agrupamiento supone que sería suficiente hacer ‘lobby’ ante el gobierno para ‘moderar’ la presión de los capitalistas, se va a llevar un fracaso más grande que los que recibió hasta ahora.


Las características del plenario ratifican nuestra caracterización de que no existe la posibilidad de que las iniciativas desde arriba, es decir. de las fuerzas que están comprometidas por fuertes intereses con el orden actual, puedan modificar la situación del movimiento obrero y del país. Lo que puede y va a hacerlo es la iniciativa desde abajo, que aparecerá  seguramente en forma no prevista ni con un diseño políticamente claro. Los ejes para ello son en la actualidad el intento patronal y del gobierno de generalizar la aplicación del convenio Fiat, la lucha contra los despidos y la creciente desocupación,  la resistencia al gatillo fácil y la movilización contra la destrucción de la salud y de la educación.


A los convocantes del Plenario les planteamos que vayan a los hechos y llamen a un paro nacional activo de 24 horas de inmediato, como inicio de un plan de lucha, para imponer un petitorio de reclamos preciso y concreto por la defensa de las conquistas laborales, el aumento de los salarios y el cese completo de los despidos.