Cuando este artículo salga a la calle, los docentes de Capital estaremos cumpliendo el tercer paro de 48 horas en lo que va del año. El Gobierno de la Ciudad asistió a la última reunión de mesa salarial sin ninguna oferta para el año que corre.

El reclamo docente cuestionó, por la vía de los mandatos de escuela y los pliegos de reivindicaciones votados en numerosas asambleas y plenarios, la totalidad de la política de educación del gobierno de Macri: desde la mala calidad de los menúes escolares (por las reiteradas denuncias sobre los efectos perjudiciales del guiso de trisoja, fabricado por Bauzá, el gobierno de Macri se vio obligado a retirarlo hasta la precarización laboral, pasando por todos los aspectos de la política aducativa del macrismo. Para el macrismo, el conflicto docente es una gran prueba de fuerza para toda su política para la Ciudad.

Frente a este panorama, la política de la dirección de UTE no ha variado: se niega a darle un golpe terminal al macrismo. No solamente no ha convocado a ninguna asamblea general en lo que va del conflicto, sino que viene evitando convocar a reuniones reales del cuerpo de delegados, a pesar de encontrarse en sesión permanente. Continúa una política de paros aislados, sin continuidad, con semanas enteras de tregua; es decir, una política orientada a desmovilizar y desarmar a los docentes más que a derrotar al gobierno.

La docencia, que para masivamente y se mantiene en estado de deliberación, ha generado, aunque con límites, ámbitos propios de expresión: la última semana, en una asamblea autoconvocada de la Ciudad, se expresaron ampliamente las posiciones en favor de la continuidad y profundización del plan de lucha. El camino para la docencia combativa es claro. Luego de tres paros de 48 horas, la clave es votar un plan de lucha hasta la huelga indefinida para quebrarle el brazo al gobierno. Este jueves, de paro, Ademys ha convocado a una asamblea abierta en el J.V. González para discutir las medidas de lucha a seguir. La asamblea nos marca una oportunidad de desarrollar esta línea de acción para obtener nuestras reivindicaciones.