Al cierre de esta edición, los compañeros de Interpack están ocupando la planta. La asamblea lo decidió inmediatamente después de que el martes 24, la patronal se negara a discutir el pliego de reivindicaciones presentado por los trabajadores. La reunión se realizaba en el marco de una tregua al conflicto, que con asambleas y paros progresivos viene protagonizando desde hace dos semanas esta combativa planta gráfica. La tregua se había abierto ante el compromiso patronal de negociar los reclamos. Ante esta situación los trabajadores retomaron el plan de lucha y desde la madrugada del miércoles ocupan la planta.

El conflicto

El “paro sorpresivo” de 48 horas que se había resuelto realizar la semana pasada terminó extendiéndose, “sorpresivamente”, a 96 horas. La empresa quedó en una situación muy difícil debido a la acumulación de los programas de producción. Ese retraso empezaba a afectar seriamente el funcionamiento de otras plantas del Grupo Zupan que son provistas de planchas de impresión y sacabocados por la nuestra.

La patronal pasó de la amenaza de sanciones ejemplares —que no surtieron efecto— a tratar de disimular el impacto de la medida. Al cabo de unos días, su desazón era inocultable, sobre todo al fracasar sus intentos de romper el bloqueo impuesto al material stockeado. Estas tentativas, que generaron mucha tensión, “facilitaron” el debate sobre la necesidad de reforzar el bloqueo, incluso con la permanencia en el establecimiento.

En el curso de la lucha hubo dos hechos significativos: la incorporación de un núcleo de “mensualizados” que se convirtieron en un puntal del conflicto y la participación creciente de un sector históricamente más reticente; el rechazo a la conciliación obligatoria, ante la propia delegada regional y contra la posición del sindicato.

En estas condiciones se arribó a la propuesta patronal de una tregua a cambio del inicio de negociaciones. Se impusieron rígidas condiciones (que la delegación empresaria tenga capacidad de decisión, que junto a la comisión interna se sienten tres trabajadores designados por la base, que las reuniones sigan un cronograma determinado y sean sometidas a la fiscalización de la asamblea general).

El fracaso de la negociación llevó a la asamblea a ocupar la planta. Los compañeros se encuentran muy firmes. Han comenzado a acercarse a la planta diversos sectores del movimiento obrero zonal y de otros talleres gráficos. Llamamos a rodear de solidaridad activa este conflicto.