Sindicales

24/6/2017

Otra ola de despidos en el obrador de Atucha

Un "final" de obra que no fue tal


En el día de ayer, se conoció la noticia del despido de por lo menos 600 trabajadores en Atucha.


 


El derrotero de despidos en lo que fuera el obrador de Atucha 2 comienza cuando, apurado por el fin del mandato y la falta de resultados, el gobierno de Cristina Kirchner “decretó” finalizada la obra y la puesta en marcha. A pesar de que todavía faltaba terminar de montar y probar sistemas auxiliares de planta, puso a producir la central (alcanzando el 100% de potencia).


 


En ese momento, la empresa operadora de la central absorbió una cantidad menor de trabajadores de la obra, mientras muchos se fueron con retiro voluntario y no tan voluntario. Pero una importante cantidad de trabajadores contratados quedaron haciendo las tareas que no habían podido terminarse por el apuro K. Estos compañeros realizan tareas de apoyo a Atucha 2, están finalizando pruebas y modificaciones sobre sistemas suplementarios a la operación, además de las tareas de mantenimiento del obrador y de los depósitos donde todavía están la mayor parte de los repuestos de Atucha 2 y de las máquinas usadas durante la puesta en marcha.


 


 


Desde su asunción, el gobierno macrista puso la mira (y la tijera) en las empresas asociadas a De Vido, muchas de las cuales emplean a los trabajadores hoy en peligro. Ya en marzo de 2016, realizó una primera recisión de contratos que dejó en la calle a la mitad, firmando un acuerdo con la Uocra que ni siquiera cumplió (y que no creemos que Gerardo Martínez haya reclamado en sus viajes con Mauricio). Hoy la tijera del gobierno vuelve por los que quedan, cortando los contratos que faltan para terminar de vaciar el predio exterior de la central, frente a lo cual Uocra despierta de la siesta sólo para hacer como que defiende algo mas allá de sus propios intereses.


 


El aplazamiento del plan chino


 


En este nuevo guadañazo juega un rol fundamental el fiasco de la gira china de Macri, donde no acercó ni un poco la definición sobre la construcción de Atucha 3, que en buena medida es la justificación para retener la mano de obra que trabajó en Atucha 2. El aplazamiento de la obra es usado por el gobierno para cerrar definitivamente el obrador, sin contemplar las tareas de apoyo a las centrales en operación que desde allí se hacen. Es, además, la oportunidad para descartar las contratistas afines al anterior gobierno y preparar el terreno para la entrada en el negocio de las contratistas amigas de Mauricio cuando se comience la nueva central.


 


En este cambio de manos de los negocios los que pierden son los trabajadores, en primer lugar los despedidos, que deberán sumarse a un “ejército de reserva” cada vez más numeroso. Pero la población trabajadora en general también pierde cuando la planificación de, ni más ni menos, que la producción eléctrica (porque de eso se tratan las Atuchas operativas y futuras) queda en manos de una banda de delincuentes (K o PRO) que no tienen ningún escrúpulo en despedir, cerrar acuerdos leoninos para el país, etc. siempre y cuando saquen una mejor tajada de la torta.


 


Es necesario un plan energético serio


 


Rechazamos los despidos, lo que corresponde es que se respeten las fuentes de trabajo, que se finalicen las tareas para que Atucha 2 quede funcionando como corresponde (con todos sus sistemas en orden, con sus repuestos donde corresponden, etc). Una vez finalizado esto es necesario emplear esa mano de obra altamente calificada en un plan energético nacional, que no dependa de la voracidad de uno u otro empresario/gobernante, sino que se corresponda con las necesidades del pueblo argentino y del desarrollo del país. Ese plan no saldrá de los De Vido, Cristina, Caputo, Aranguren o Macri, a ellos les tira más un billete que una yunta de bueyes, ese plan tiene que salir del pueblo trabajador.