En 13 de las 14 urnas habilitadas en el sindicato se impuso la opositora Lista Naranja; 1.500 votos de diferencia en una elección de 4 mil. La Lista Naranja está integrada por miembros desplazados de la actual conducción y apoyada por la Federación Nacional de Petróleo y Gas Privado, y capitalizó el repudio sobre la base de una campaña contra el impuesto al salario y la recuperación de la obra social.

El triunfo de la oposición se asienta en el profundo repudio de la base obrera a una conducción que destruyó la obra social, abandonó toda defensa del salario y las condiciones laborales, e impuso un régimen de terror al interior del gremio con listas negras entregadas por el sindicato a las patronales. El “Dante de la gente” -como se hacía llamar González en su campaña como candidato a diputado nacional del Frente para la Victoria- tiene en su haber más de 50 compañeros despedidos.

González no reconoce la derrota y valiéndose de robos de urnas y patoteadas pretende impugnar la elección.

Lo que está en juego no es solamente el suculento negocio de la obra social y el manejo discrecional de los aportes sindicales, sino una categórica derrota política del gobierno nacional en el movimiento obrero.

Tan fuerte es el rechazo a Dante González, que la dirección de la Federación Nacional ha prometido un paro nacional si el Ministerio de Trabajo no reconoce el resultado electoral.

Se abre una nueva etapa en el gremio donde está planteada la elección de nuevos delegados y el reagrupamiento del activismo sobre la base de un pliego de reivindicaciones impostergables.