Sindicales

10/10/2002|775

Para Alemann es 1917

“En los últimos tiempos una serie de fábricas cerradas por sus dueños… fueron tomadas por su personal y puestas en marcha nuevamente.”


Son textuales palabras de Juan Alemann, en un editorial de La Razón (3/10). Lo que Alemann oculta es que los “dueños” han “vaciado” las fábricas, dejando un tendal de estafados, incluidos sus propios trabajadores, a los que adeudan numerosas quincenas trabajadas y han robado los fondos que les descontaban y debían depositar en la previsión social.


Este panegirista del capitalismo, también señala que “políticos de extrema izquierda aplaudieron estas iniciativas, en las que ven una forma de socialización del capital”. ¿Y no es así cuando los patrones abandonan sus fábricas y los obreros las ocupan, las reabren y las ponen en marcha nuevamente? ¿No es una evidencia del fracaso de los capitalistas y del protagonismo obrero en salvar y desarrollar las fuerzas productivas?


Alemann recuerda acertadamente que “algo semejante sucedió a escala nacional en la Unión Soviética después de la revolución de 1917”, cuando la industria fue ocupada por sus obreros y las fábricas puestas en marcha y gestionadas directamente por ellos y por los comités que éstos elegían. Pero dice “que finalmente Stalin se cansó de los problemas que se planteaban con las empresas gestionadas por su propio personal, y las estatizó, eliminando, incluso a menudo físicamente, a quienes las conducían”. Desnuda así el carácter contrarrevolucionario de la estatización frente a la gestión obrera colectiva. Un auténtico régimen proletario comporta un principio de disolución del Estado, y esto se manifiesta en la gestión obrera opuesta a la estatización burguesa o burocrática.


Alemann confirma que las fábricas tomadas están amenazadas de “desalojo judicial”. “Para superar esta situación, en varios casos se ha dispuesto la expropiación de las fábricas.” Pero, queda claro de su análisis que se trata de “expropiaciones” que benefician a los patrones. Ya sea porque el Estado los indemniza (“conforme a una tasación oficial”) o les paga algún tipo de canon o alquiler por el usufructo temporal de la empresa quebrada y vaciada.


“Los trabajadores pueden entonces regularizar la situación mediante la creación de una cooperativa de trabajo, sin ser propietarios de los bienes físicos”, reclama el abogado de los capitalistas. “Es loable que los trabajadores luchen por mantener sus fuentes de trabajo – agrega – , sacrificando incluso buena parte de su remuneración. Porque en general inicialmente no cobran nada o bien muy poco, o bien se mantienen con los 150 pesos de los planes de subsidio a jefes de familia”. Es el sueño del capitalista, y en especial del capitalista quebrado: que los obreros “no cobren nada” o que se “mantengan con los 150 pesos de los planes de trabajo”.


A partir de que “en las nuevas empresas autogestionadas se plantea un problema de falta de capital de trabajo” Alemann plantea que “el mismo se forma con la renuncia a percibir las remuneraciones plenas”. Pero “entre tanto se necesitan fondos para comprar materias primas y bienes intermedios para el proceso de producción” que deben ser pagados al “contado rabioso”, lo que obliga a los obreros a comprar en pequeñas cantidades, “lo que complica y encarece” la producción. Es decir que “su” salida no es una salida.


Mientras que para el economista burgués se trata de que los obreros trabajen gratis y sigan capitalizando con su sudor los quebrados capitales de los capitalistas fugados y ladrones, lo que se necesita es que las fábricas sean ser expropiadas sin indemnización bajo gestión obrera. A partir de aquí se plantea nacionalizar el sistema bancario para centralizar el crédito en función de una producción a favor de la satisfacción de las necesidades de la población trabajadora.


Por eso el PO plantea el Frente Unico de todas las empresas gestionadas, ocupadas por sus trabajadores para imponer este programa e impedir que los obreros se conviertan en esclavos del capital quebrado. Para ello es fundamental unir estas empresas al Plan de Lucha votado por la Asamblea Nacional de Trabajadores ocupados y desocupados, al plan de lucha piquetero, que pretende abrir una nueva alternativa de salida obrera a la crisis nacional.