Sindicales

30/1/1997|527

Para Camaño (UTPBA) El capitalismo es una tabla de salvación

En el Boletín de la UTPBA de Diciembre de 1996, hay un artículo del secretario general del gremio de Prensa de Buenos Aires, Juan C. Camaño, titulado “¿El problema no es el propio capitalismo?”.


Pero con fecha 9 de diciembre de 1996, el sindicato que el propio Camaño preside informó que el “82% de los periodistas-trabajadores de prensa está dispuesto a aceptar el crédito que el Banco Mundial otorga a las Obras Sociales sólo si se preserva, de manera irrenunciable, el actual Sistema Solidario de Salud, el nivel médico asistencial, la estabilidad laboral y permanente capacitación de todo el personal administrativo y profesional y el patrimonio institucional, sobre la base de no renunciar a la cobertura de los trabajadores despedidos ni a la equitativa distribución de prestaciones médicas primarias y complejas entre los sectores de menores recursos (jubilados, colaboradores y trabajadores de bajos salarios)”.


En esta parrafada, cada frase de este párrafo representa un engaño.


Las patas de la mentira


En primer lugar, todos los males que en el Boletín de la UTPBA Camaño endilga a las políticas de ajuste de los gobiernos, no son otra cosa que mandatos del propio Banco Mundial, el mismo con el cual la UTPBA sale a suscribir el crédito.


En segundo lugar, es falso que los trabajadores de prensa, en un 82%, hayan decidido absolutamente nada. Hubo lugares (casos de Télam, DyN, Diario Popular, etcétera) donde una gran mayoría, ante la absoluta falta de información, directamente se negó a responder la encuesta. Es sintomático que en su comunicado, la UTPBA no haya informado acerca de la cantidad de compañeros que efectivamente respondió a la aludida consulta.


En tercer lugar, afirmar que el gremio “está dispuesto” a aceptar el crédito del Banco Mundial, no es otra cosa que decir que los trabajadores de prensa ‘se bancan las consecuencias’del crédito, que la UTPBA no aclaró cuáles son.


En cuarto lugar, la UTPBA miente a conciencia cuando afirma que el crédito vale “sólo si se preserva, de manera irrenunciable, el actual Sistema Solidario de Salud”, ya que el plan del Banco Mundial para las Obras Sociales implica la implementación del PMO (Plan Médico Obligatorio), que liquida la prestación solidaria, porque más allá del PMO rige el arancelamiento. Es decir, cada uno recibe la atención médica según sus ingresos, la cantidad de hijos que tenga, su género (por el “peligro de embarazo” de las mujeres), etcétera.


En quinto lugar, y como bien lo saben miles de compañeros desocupados de nuestro país, el verso de la “permanente capacitación de todo el personal” de la Obra Social es la antesala segura de los despidos que exige el Banco Mundial. Todos aquellos trabajadores que supuestamente ‘no han sabido adaptarse a las pautas de eficiencia’ —o superexplotación— que se marquen, serán echados ‘por no haber estado a la altura de la atención que requieren los afiliados de Prensa’. Esta capacitación, en realidad, habría que exigírselas a los dirigentes de la UTPBA, que jamás han entregado al gremio un solo balance de la Obra Social.


En sexto lugar, ¿qué le ha ofrecido la UTPBA al Banco Mundial a cambio del crédito solicitado? Por eso, apostamos a que es una completa mentira la afirmación de que queda preservado”el patrimonio institucional”. La UTPBA no menciona la forma en que piensa pagar dicho crédito, lo que se supone que será arancelando rabiosamente.


En séptimo lugar, el crédito del Banco Mundial es el único disponible para las Obras Sociales, con lo cual constituye un préstamo que condiciona completamente cualquier política futura de salud. La afirmación de que no se va a renunciar a la cobertura de los trabajadores despedidos suena a una simple expresión de deseos. El Banco Mundial no presta con esas intenciones.


En octavo lugar, todo lo anterior está corroborado por la expresión de que se hará una “equitativa distribución de prestaciones médicas primarias y complejas entre los sectores de menores recursos”. Por un lado, ‘equitativa’ no es lo mismo que ‘solidaria’. Ser “equitativo” significa dar a cada cual según lo que aporta. Ser “solidario” implica brindarles a todos las mismas prestaciones por igual, independientemente del monto que aporte. Porque la solidaridad se acabó, se habla de una atención referida a “los sectores de menores recursos”, los cuales no tendrán la misma atención que “los sectores de mayores recursos”. En un solo desliz, los centroizquierdistas quedaron al descubierto.