El paro del 22, por 24 horas con asistencia y movilización, fue convocado por los medios de comunicación, y preparado por una movilización a la cual no se invitó a los trabajadores bancarios en su conjunto. Fue una actividad planeada por y para el aparato de La Bancaria.

Este sería el tercer plan de lucha del año de La Bancaria. Luego de paros, paritos y parazos, no se ha brindado ninguna respuesta por parte de los banqueros y el gobierno al justo reclamo por impuesto a las ganancias.

La lucha del Central, con los métodos de la clase trabajadora (asamblea, paro y movilización) fue aislada por el sindicato; ahora, cuando se ha dictado la conciliación obligatoria para ese conflicto, se convoca a un paro que debería haber sido para apoyar su lucha y generalizarla a todos los bancos.

Además del impuesto al salario, debemos poner en la palestra el conjunto de los reclamos del gremio: tercerizaciones, empeoramiento de las condiciones de trabajo, planes comerciales ultraexigentes, falta de personal, despidos (muchas veces encubiertos como retiros voluntarios), marcan la necesidad de un movimiento general del gremio contra el ajuste.

El costo de vida aumenta constantemente y plantea la necesidad de la reapertura de paritarias. Los 5.500 pesos del día del Bancario, que se acordaron en abril, finalmente han quedado devaluados por la inflación y no solucionan ningún problema. Para poner en pie un verdadero plan de lucha, este debe ser votado en asambleas y plenarios de delegados, involucrando a la masa de trabajadores bancarios.

Paramos por los despidos, por el reintegro del 100 por ciento del impuesto al salario, por aumento salarial, por la recuperación de la Obra Social, ingreso de personal y el pase a planta permanente de todos los tercerizados, contratados y monotributistas. Contra la proscripción de la Lista 14 Naranja de la seccional Buenos Aires, por democracia sindical, por un plan de lucha que involucre a todos los bancarios hasta ganar.