Sindicales

29/6/2000|670

Para ganar necesitamos una intergremial de delegados

Luego de 70 días de paro, la ya histórica lucha de los marineros en demanda de aumento salarial y de francos compensatorios ha ingresado en una fase decisiva.


El hecho de que la huelga haya surgido no por iniciativa de su secretario general, el ‘Gato’ Novero, sino expresamente contra su voluntad, explica la sistemática política de autoaislamiento y desmovilización de esta dirección.


De aquí se ha prendido la cámara empresarial para jugar al desgaste.


Durante las últimas asambleas semanales se registraron dos fenómenos ilustrativos de las limitaciones de esa dirección para imponer su política a la base. El rechazo a una propuesta patronal insignificante (que fue desmentida públicamente por los grandes empresarios); o sea que era un anzuelo. Y la negativa de las bases a aceptar la modalidad del voto secreto.


Las propias declaraciones del ‘Gato’ Novero frente a la votación de 1.000 obreros marítimos reunidos en la última asamblea (70% por la continuidad de la huelga, 30% por levantarla); no tienen desperdicio: “Nosotros somos democráticos, la huelga puede durar 3 meses más o todo lo que decidan los muchachos”.


Estos planteos no constituyen una postura combativa; fomentan la desesperación económica, especialmente entre los trabajadores de tierra, para que se conviertan en un elemento de presión contra la huelga.


En sintonía con esta línea de desgaste, las grandes empresas han comenzado a organizar asambleas comunes de marineros, fileteros, peones y envasadores para resolver mediante el voto secreto el levantamiento del paro.


En el plano judicial, la cámara empresarial ha eludido dos audiencias de conciliación convocadas por la subsecretaria provincial de Trabajo, señalando que se allanaría a negociar directamente con el Somu nacional, por tratarse de un conflicto de este orden.


Estamos entonces frente a la inminencia de una ilegalización de la huelga mediante un acuerdo de la burocracia nacional, la cámara y Flamarique, demostrando de paso que pro fresqueros y pro congeladores no tienen ningún empacho en unificarse para aplastar a los trabajadores.


La dirección del Somu Mar del Plata está enrolada en la CGT rebelde, más precisamente en su sector duhaldista y a la vez dirigente de la CGT local. Esta referencia cobra importancia a la hora de juzgar las responsabilidades frente a un acuerdo de aislamiento y desgaste de la huelga marítima que amenaza con un desastre.


Para triunfar


Es necesario entonces dar un giro de 180 grados, colocar todo el esfuerzo del activismo en la movilización común de los trabajadores de tierra y embarcados hacia las centrales sindicales para reclamar un plan de lucha regional. En esto consiste llevar la movilización al terreno del paro activo portuario.


Con esta orientación hay que poner en pie una comisión intergremial común de base que tome en sus manos la coordinación de la lucha, la saque de la vía del desgaste y la lleve a la victoria.