Sindicales

25/8/1994|426

“Parazo” de los gráficos

El 2 de agosto, los gráficos dimos algo más que un paso adelante: paró Perfil (70%), Impresora Americana (95%), Papel Color (40%), Conforti (60%), Morbillo (50%),  Ramón Chozas (60%), Atlántida (90%),  Tintas Letta (95%), etc., etc..


El Sindicato no sólo no adhirió; el lunes realizó “estratégicas” llamadas a diversas internas advirtiendo que no paraba y no se hacía responsable de las posibles sanciones que las patronales pudieran aplicar a quienes pararan.


Aparte de infundir miedo, dieron la espalda a pedidos verbales de adhesión de La Nación y a reclamos escritos de Atlántida y Letta, que fijaron un programa, reclamaron plenario de delegados y respaldaron la exigencia con más de 300 firmas.


El ongarismo sostiene “que en el 68 dividimos la CGT con algunos gremios chicos y no nos dio resultado”; “tampoco conseguimos nada con los 13 paros de Ubaldini”. Este planteo es sinónimo de política rompehuelgas más allá de los tiempos y de las condiciones de la lucha.


Sin embargo, sí pararon, con la CGT, en noviembre del 92; atienden el mostrador quejándose cotidianamente de la política de ataque a las conquistas obreras; y desparraman derrotismo sin defender explícitamente la flexibilidad laboral.


Este menemismo enmascarado estalló con el paro. Salvo en los diarios, el paro tuvo en el Sindicato Gráfico carácter masivo, sobrepasó a la burocracia y, en muchos casos, a las internas del aparato de la Verde. Al punto que los burócratas, en Atlántida, prefirieron parar.


Una nueva situación despunta en el gremio, perfilada ya con el fracaso gigantesco de ACTIVA, la AFJP donde está Ongaro, esto porque el 85% del gremio se quedó en la estatal y el otro 15% se afilió a cualquier otra menos a la AFJP del Sindicato.


El cerrojo ongarista de anular toda vida colectiva del gremio (el último plenario de delegados fue en febrero de 1988), fue inútil el 2. La base paró en forma masiva, a pesar de no existir una coordinadora de internas.


Precisamente, la Naranja se lanza ahora a captar al activismo organizador del paro con el propósito de poner en pie un movimiento estratégico de intersindicales de base por zonas, por ramas y general. Para luchar por el aumento salarial, contra la “reforma laboral”, por la desafiliación de las AFJP y la derogación de la Jubilación Privada, contra el empleo temporario y los despidos, contra la nueva ley de Accidentes de Trabajo.


El MTA inició negociaciones con el gobierno y ni ellos ni el CTA proponen dar continuidad a la Marcha Federal y el paro del 2, al contrario buscan “enlatar” el movimiento de lucha en el recambio electoral frentegrandista.


De Gennaro, el viernes 28/7, tres días antes del paro, fue a abrazar a Ongaro, en la inauguración del nuevo Sanatorio Gráfico. De Gennaro se quiere “ganar” a los burócratas del gremio; nosotros en cambio, queremos organizar a sus trabajadores para expulsar a la burocracia y formar una Central Obrera Independiente. No queremos una burocracia “pluralista” en lugar de la burocracia menemista.


En medio de esta movilización de los gráficos, y del paquetazo de leyes antiobreras que pactaron la UIA-CGT-Gobierno, el ongarismo prepara un Congreso de aparato con la parte adicta del cuerpo de delegados. Apuntaremos a fracturarlos para imponer un plenario general de delegados con mandato de taller.