Parazo en Unilever Pilar

Los trabajadores de Unilever Pilar iniciaron medidas de fuerza escalonadas, comenzando con paros de 2 horas por turno, por un pliego de reivindicaciones. La adhesión al paro es total y es impulsada por las comisiones internas y el creciente activismo de ambas plantas


Los trabajadores de Unilever Pilar iniciaron medidas de fuerza escalonadas, comenzando con paros de 2 horas por turno, por un pliego de reivindicaciones. La adhesión al paro es total y es impulsada por las comisiones internas y el creciente activismo de ambas plantas.


El principal reclamo de los trabajadores es la defensa del descanso del fin de semana. Desde hace muchos años, como consecuencia de la flexibilización laboral, son obligados a prestar tareas los días de descanso. Esta situación alcanza al conjunto del gremio (por dar un ejemplo, en Bimbo y en Granix se trabaja obligatoriamente los domingos, incluidos los días de elecciones). Durante el 2014 los trabajadores de Knorr conquistaron el “sábado a la tarde en casa” con una medida que duró más de dos semanas; este años el reclamo conjunto es que los domingos a la noche no se trabaje, sin afectar el salario.


El segundo reclamo es una suma puente hasta paritarias de 5.000 pesos por mes, como compensación por el desmadre inflacionario –que como demostraron los informes de Arcor y Molinos, representa un enorme beneficio para las alimenticias. La empresa ofreció una suma de 4.000 pesos por mes –para marzo y abril- pero con la intención de atarla a una paz social insostenible.


El tercer reclamo es que la empresa absorba el Impuesto a las Ganancias. A fines del año pasado, Unilever se vio obligada a reintegrar  todo lo descontado a unos quince trabajadores por haber consignado erróneamente los descuentos, lo que abrió una intensa agitación entre los trabajadores más antiguos. En la última reunión la empresa reconoció que se trata de un “impuesto al salario” y manifestó tener grandes expectativas de que salgan los proyectos alternativos de Massa, incluso el de Pitrola…  Pero de absorberlo, ni hablemos.


El cuarto y último reclamo es la incorporación de un servicio de chárter para el personal de Zona Oeste, que asiste a un “Tarifazo” que incluye peajes y combustibles.


El paro de los alimenticios de Unilever se inscribe en un gremio convulsionado por la inmensa lucha de Cresta Roja, por los paros en Bimbo, Riera y Stani y por la quiebra inminente del Grupo Canale.  Es una demostración de la capacidad de lucha de los trabajadores contra el ajuste, frente a la parálisis de las direcciones sindicales.


Unilever es un pulpo anglo-holandés gigantesco, tanto en el rubro alimenticio como de higiene personal. Tiene sucursales en todo el mundo, donde monopoliza una cantidad enorme de mercados entre sus primeras, segundas y terceras marcas. (Axe, Skip, Ala, Ades, Lipton, Knorr, Hellmann´s, Rik, Dove, etc.). Las ganancias de este monopolio son siderales, por lo que todas sus amenazas de que el paro la desestabiiliza son tomadas a modo de broma por los trabajadores.


La empresa solicitó una plazo de 3 meses más de “comprensión” para evaluar reclamos que ya cumplieron varios años de espera, lo que desató la bronca de los trabajadores que votaron masivamente por la medida -sumadas las asambleas de Hellmann´s y Knorr, se emitieron 512 votos a favor y 11 en contra. La masividad del paro, respaldada en los votos y en las demostraciones, son la base para nuestra victoria.