Paremos las cesantías en la UBA

Todos al acto del 8 de junio en Sociales (sede Constitución)

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Con ya cerca de 2.500 firmas de docentes universitarios, intelectuales, escritores y artistas, el petitorio de la AGD, publicado el jueves 31 en Página/12, se convirtió en un hecho político de primer orden en la intensa campaña que venimos desplegando desde diciembre del año pasado para frenar las cesantías masivas en la UBA. La firma, como movimiento de lucha ha atravesado diferentes corrientes políticas, desde la Asamblea de Intelectuales en apoyo al FIT hasta Plataforma 12.


El Rectorado y el Consejo Superior siguen desconociendo el derecho de los docentes a optar por permanecer cinco años más tras cumplir los 65. Esto implica la cesantía, que pretendían hacer efectiva en marzo, de 700 compañeros. La contundencia de la campaña -en todos los ámbitos: medios, congreso, consejos directivos, fuero laboral, la calle- los obligó a retroceder pero parcialmente: renovaron los cargos de 642 docentes hasta el 31 de julio. Tres meses atrás, el rector Rubén Hallú repetía en las radios que mentíamos con la cifra de los amenazados por las cesantías y que se trataba sólo de "contratados".


En la última sesión del Consejo Superior, con el recuerdo de la nota publicada en Tiempo Argentino que recogía nuestras denuncias sobre la situación de los cesanteados y los ad honorem frente a la gigantesca brecha salarial de los funcionarios que son responsables de esa misma situación, Hallú dedicó su cierre a denostar a la AGD con el macartismo que lo define, atacando directamente al Partido Obrero. Todo un orgullo para nuestro sindicato, el único que paciente y sistemáticamente viene organizando a los docentes "cesanteables", promoviendo el rechazo de los docentes en cada unidad académica y colocando en todos los medios la denuncia de las cesantías.


De hecho, el sindicato de las gestiones (Feduba) tuvo que montar un acto con Yasky y salió apresurado a promover otro petitorio. La medida, una verdadera "guerra del cerdo", no tiene antecedentes salvo bajo dictaduras. Por un lado, por la pretensión de dejar en la calle a cientos de docentes que, si esto se hiciera efectivo, quedarían sin poder acceder a los beneficios de la ley jubilatoria que conquistamos en 2009 tras una larguísima lucha de la docencia universitaria nacional. Por el otro, porque la medida descabezaría cátedras y equipos de investigación enteros.


Muchos de los compañeros que integran la comisión de afectados en la AGD plantearon con claridad que debíamos ubicar estas cesantías en el cuadro de la política de destrucción de la universidad pública y del sistema científico. Y las pruebas están a mano: empezamos el año con el reclamo por los despidos en el Conicet de más de mil jóvenes becarios y ahora, con la amenaza de cesantía de quienes dedicaron su vida íntegra a la enseñanza y la investigación.


En el marco del paro de la CTA, el próximo viernes 8 de junio convocaremos a los docentes a realizar clases públicas durante toda la jornada con este eje. Y a las 19 horas, en el hall de la Facultad de Sociales (Santiago del Estero 1029), organizaremos un acto con formato de clase magistral que darán parte de los docentes afectados. Será un gran foro de denuncia del Rectorado y el Consejo Superior, en defensa de nuestros compañeros y de la universidad pública.


La semana siguiente, habrá elecciones en la AGD. Inscribiremos la elección y el llamado a votar por Unidad Docente en este cuadro de lucha y movilización por el derecho de los docentes. Llamaremos a fortalecer el sindicato de los docentes de la UBA, para frenar las cesantías, para reincorporar a nuestros delegados del Rojas y de Psicología, para denunciar el 20,5% en cuotas y reclamar la reapertura de paritaria libres y sin techo, para seguir defendiendo la universidad pública.