Sindicales

13/5/2010|1128

PARITARIA DE LA ALIMENTACION | Extender la heroica huelga cordobesa

La paritaria de la alimentación es, a estas alturas, uno de los procesos obreros más extraordinarios a escala de un gremio industrial en los últimos años.

A los más de veinte días de huelga general en las tres plantas cordobesas de Arcor, se sumó la ocupación en Catamarca y los paros en Tucumán, las dos subsidiarias del grupo Arcor que es dueño del ingenio La Providencia. En Córdoba se contagió Georgalos, que cortó las rutas en el paro de 24 horas, el mismo día de los piquetes de centenares de obreros que viajaron a la planta de Arroyito (ver nota). El gigante sufre también un quite de colaboración a rajatablas, además de los paros nacionales, en su planta de Salto en la provincia de Buenos Aires. Los obreros de Lía sacaron a piñas a Morcillo, secretario general de Córdoba, por eludir su responsabilidad en parar la planta de Arroyito, única del grupo Arcor que no acompaña la huelga.

La patronal se dividió. Arcor hizo una propuesta más cercana al 30%, pero que incluye un negro y no alcanza los 3.200 pesos de mínimo ni tampoco al “piso” de 3.000 que los dirigentes nacionales de la Federación habrían planteado. El resto de la cámara patronal insiste con un aumento en línea con el de la UOM, piloteados por Kraft.

Tomada, por su parte, está tratando personalmente de no laudar –porque nadie le da pelota a un laudo suyo, después de que la conciliación que dictó fue pasada por arriba por los obreros– pero sí de arrimar las partes.

La pelota está picando para la huelga general del gremio. Pero el movimiento huelguístico puso de manifiesto las viejas y nuevas contradicciones de la burocracia sindical de la alimentación, por un lado, y la inconsistencia de las nuevas direcciones de Buenos Aires, por otro.

Un tal Romero, de la planta de Arroyito, jugó para apoyar el convenio divisionista de la empresa de Arcor. Morcillo, el secretario cordobés, más reacio a firmar por menos de lo exigido por la presión de sus bases, no organiza la extensión en Córdoba. Morán, secretario nacional, dio vía a convenios divisionistas en Fargo y Unilever Pilar, donde arregló por un 34% sin cuotas. Daer acaba de hacerle una tregua a Kraft al no cumplir los paros de cuatro horas del día 10 de mayo, haciendo un guiño justo a la patronal que hay que quebrar por su posición en la paritaria y en todos los planos de la vida interior de la fábrica.

Las internas antiburocráticas de Buenos Aires (Pepsico, Kraft) se disciplinan a la burocracia y se ha llegado al extremo, en ambas plantas, de imcumplir el paro de cuatro horas por turno del 10 de mayo. En Stani tampoco se juega a profundizar la lucha y Felfort tiene dificultades para parar completamente la fábrica, en la cual la mitad son contratados. El arrugue en Kraft torpedea toda la paritaria porque esa patronal es la que lidera la negativa. Hay que organizar a los activistas de Kraft y darle batalla a la burocracia. Está planteada más que nunca la huelga general.

Nada de “reclamarle” a Daer acusándolo de traidor para disciplinarse a sus medidas y, menos aún, a sus boicot a las medidas de la Federación.

Asambleas generales en todas las plantas de alimentación para organizar la huelga por el aumento.

Congreso nacional de delegados con mandato para extenderla a todo el país.

Movilicemos todas nuestras fuerzas en apoyo a los obreros de la alimentación.

Néstor Pitrola