Sindicales

30/6/2011|1183

Paritarias 2011

Tomada se agrandó y declaró que “cerramos las paritarias con menor conflictividad que en el 2010”. Setenta y dos horas más tarde, desplegaba en la puerta de su despacho 200 guardias de infantería, hidrantes y celulares para reprimir a los docentes de Santa Cruz y a quienes los acompañaban.

La huelga docente santacruceña es apenas la manifestación más aguda de un proceso de conjunto en la provincia: petroleros, construcción, mineros, estatales y desocupados -con el apoyo de 40 ocupaciones estudiantiles de colegios- se han turnado desde marzo en la lucha, con huelgas y piquetes por toda la provincia.

La clave de estas huelgas son, precisamente, las paritarias. La reciente paritaria de comercio se cerró contra los reclamos del gremio -los cuatro mil pesos de básico. Llegará a los 3.715 pesos en diciembre y será en negro. Lo mismo vale para metalúrgicos.

En casos como alimentación, la cosa se estiró más, hasta un 33,5% punta a punta (25% en promedio anual), pero también con básicos bajísimos; en este caso, las tendencias de lucha se expresaron en paros generales por turno, primero, y en un paro muy importante, luego, en Kraft, impuesto desde abajo, así como en otras plantas de cordobesas (protagonistas de las huelgas del año pasado) por adicionales.

Es decir que a pesar de exceder los topes de Moyano y Cristina (24% entre puntas, pero 20% promedio) -en más de 1,5 millón de trabajadores, según Clarín por arriba del 30% (24% promedio) y otro tanto entre el 24 y el 30% (20-22% promedio)- hay disconformidad y procesos de luchas por el enorme retraso de los básicos respecto de la canasta familiar y por el engaño del aumento comparado con los promedios anuales.

Tomada siguió la orden presidencial de atacar las huelgas. Apeló a un candidato de De Narváez, Roberti, para intervenir a los petroleros de Santa Cruz. A los bancarios les aplicó una multa de 5 mil pesos por afiliado por parar en el marco de una conciliación, como ahora se aplican a Adosac.

El kirchnerismo tampoco pudo evitar que en Misiones, otra provincia K, los docentes fueron a imponentes huelgas autoconvocadas. Tampoco la enorme huelga judicial de 60 días en la provincia de Scioli, los paros de semanas enteras de sus estatales, por mencionar algunos movimientos de bases. En los gremios industriales, paros como el de Ipesa en gráficos, el quite de colaboración de VW Córdoba, el paro en Donnelly contra despidos completan un cuadro de inconformismo y belicosidad obrera. El pronóstico generalizado de que el año que viene habrá que ajustar el cinturón con el escenario de nuevas luchas.