El fin de año ha llegado con reclamos de doble aguinaldo y refuerzos salariales por todos lados, pero al mismo tiempo con un movimiento de tercerizados de características extendidas en todo el país: municipales de Córdoba, la huelga y ocupación de los municipales de “28” en el Turbio, Edenor, tercerizados telefónicos y, desde luego, los ferroviarios -iniciadores de esta gran lucha.

La burocracia está desviando las cosas en función del pacto social que impulsa el gobierno para mantener el edificio de las tercerizaciones -por el cual pidió Paolo Rocca- y para “detener la inflación conteniendo los aumentos nominales que la alimentan”, también reclamado por la Unión Industrial como una cuestión estratégica. Firmaron petroleros, mineros y ahora van por la construcción.

En Luz y Fuerza, donde los efectivos quedaron colgados de un miserable 23% en el año, el epicentro de la lucha de hoy, que es previa a paritarias, es la tercerización y allí Lezcano desvió hacia un adicional salarial para los tercerizados que resultó muy importante, un triunfo para los compañeros, pero postergando el problema del pase a planta y a convenio, porque hay un adicional, pero no una categoría expresa del convenio Luz y Fuerza, que tendría la fuerza de un antecedente convencional.

En bancarios se da una situación casi inversa. Cuando el gremio está de pleno en la discusión salarial, la burocracia de Zanola “alerta y moviliza” con una acción cuatro días antes de la Navidad, por “el cumplimiento del convenio” -eufemismo que oculta cuál es el reclamo salarial de la paritaria- y tampoco termina de apoyar la lucha de 10 mil tercerizados, de los cuales sólo 160 pasaron a convenio y los demás están en el freezer del zanolismo.

La paritaria bancaria es crucial, por ser la primera de un gran gremio todos los años; segundo, por ser un gremio que quedó retrasadísimo el año pasado con un 23,5%; tercero, porque sus patronales facturan ganancias fabulosas; cuarto, porque hay un importante movimiento de tercerizados previo incluso a ferroviarios; quinto, porque Zanola está preso y la burocracia debilitada; sexto, porque las principales matrices de grandes bancos están en manos de la oposición (Nación, Provincia, Ciudad); séptimo, porque hay bancos como el Galicia que no respetan la jornada laboral; octavo, porque hay en marcha tendencias importantes de lucha como las expresadas en los paros del Provincia y el Ciudad, por las cuales este último arrancó siete mil pesos de adicional de fin de año por ganancias extraordinarias. Claro que un reclamo salarial en regla sería no menor al 40% por la pérdida pasada de 2010 y aún de antes, y el pase a planta es cuestión de pase a convenio porque la actividad de los calls está prevista en el convenio bancario.

Las reivindicaciones están claras: 40% de aumento, pase a planta de todos los calls y tercerizados. Están en el orden del día asambleas en los bancos, mandatar a las juntas internas, impulsar la autoconvocatoria a partir de las internas opositoras y delegados y activistas, unir el movimiento de efectivos y tercerizados.

La unificación de efectivos y contratados y tercerizados ya ha tenido andamiento en varios movimientos fabriles, como el de Patty de la carne, que paró en conjunto, o en la metalúrgica Meca, donde la asamblea metalúrgica emplazó a la patronal para la efectivización bajo convenio. Hoy la bandera del pase a convenio se está uniendo con la del salario y refuerza enormemente el movimiento de lucha de la clase obrera. Las grandes luchas de tercerizados en marcha, de triunfar, reforzarán el poder de fuego de la clase obrera, en reclamo común: salario y pase a planta. Hay que quebrar el pacto social de la burocracia y de Cristina K, el cual busca frenar los dos movimientos.