Sindicales

29/7/2019

Paritarias bancarias 2019: crónica de un final anunciado

Luego del clásico hermetismo de semanas cuyo corolario fue, una vez más, la habitual amenaza ficticia de lucha, los trabajadores bancarios hemos sido notificados sobre el acuerdo salarial correspondiente al año en curso, que de acuerdo con el sindicato implica un aumento del 30%.


“Hemos sido notificados” es precisamente la descripción que mejor le cuadra a la situación, ya que nuevamente toda la negociación se dio a espaldas de los trabajadores, que ni siquiera hemos podido participar en asambleas con mandato. Ni mucho menos designar a los representantes paritarios, quienes ya se arrogan una función cuasi vitalicia tras años y años de participar de las negociaciones sin permitir la intromisión de representantes que resguarden los intereses genuinos de los trabajadores.


Hablar propiamente del acuerdo es redundar en lo que viene siendo moneda corriente: porcentajes de sueldo no acumulativos que merman ostensiblemente el poder adquisitivo del salario real. Al cobrar aumentos en cuotas y al ser estos no retroactivos, tenemos un porcentaje inferior al 30% informado por el sindicato.


Por ejemplo, tomando como base el salario de un auxiliar administrativo E, en enero debería haber cobrado $51.098; sin embargo, percibió $ 41.720. La diferencia ($9.378) no es ni será recuperada por el trabajador, por el carácter no retroactivo del acuerdo. Esto es solo para el mes de enero: si el cálculo se extiende al resto del año, la pérdida fue de $ 41.793 (el equivalente a un aguinaldo).


Las dilaciones temporales nos encuentran hoy cerrando una paritaria en la segunda mitad del año, en el que no existió plan de lucha alguno. Ni frente al descuento por los días de paro a los trabajadores del Bapro (que sigue en el debe), ni ante los cientos de despidos que se vienen procesando en la actividad y las tercerizaciones que se replican y se hacen extensivas cada vez más en sectores netamente bancarios (como sistemas, comercio exterior, liquidaciones, etc).


Otro clásico que se desprende de la lectura del acta es el irrisorio “compromiso de los bancos por procurar mantener el poder adquisitivo de los salarios”, casi apelando a la bondad de las patronales bancarias que han propiciado los peores ataques a los trabajadores. Cabe señalar que para el BCRA, la inflación general durante el 2019 se estima en el 40%; en este escenario, los trabajadores bancarios dependemos de la “buena voluntad” de las patronales para no seguir perdiendo poder adquisitivo, ya que en este acuerdo no se firmó un ajuste automático y retroactivo que evite el retroceso de nuestras condiciones de vida. Esto en un sector de la economía que se ha visto profundamente favorecido por el "modelo económico" macrista.


Sigue sin manifestarse de manera explícita un rotundo rechazo a las pretensiones de reforma del convenio que proponen las patronales, promoviendo ampliación horaria y sucursales virtuales.


El accionar de la actual conducción encuentra su justificación en la doctrina del “votar bien”, por la cual la acción gremial y los trabajadores bancarios quedan desplazados a un segundo plano, concentrándose la política del sindicato en el soporte a la candidatura de Fernández-Fernández -quienes ya se han comprometido a respetar el acuerdo con el FMI, lo que supone la profundización del ajuste en curso.


Desde Tribuna Bancaria llamamos a desarrollar un plan de lucha genuino que permita cortar con los despidos, acabar con las tercerizaciones, defender genuinamente el convenio colectivo y garantizar integralmente el salario ante la voraz inflación.