Sindicales

23/5/2013|1269

Paritarias de Uocra: “El salario del miedo”

En el más absoluto hermetismo, el burócrata Gerardo Martínez nuevamente consagró para los trabajadores de la construcción un nuevo sueldo de hambre. La Uocra acordó con la cámara empresarial del sector un aumento salarial del 25,08% en dos tramos acumulativos: 18% ahora y el resto en setiembre. Lo que no debe llamar a engaño, pues partimos de un salario básico promedio de menos de 4 mil pesos. Martínez rubricó el acuerdo en la propia Casa Rosada, donde le dio una entrevista Cristina Kirchner con la presencia del ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y el titular de la Cámara Argentina de la Construcción, Gustavo Weiss.


El gobierno, de este modo, continuó el "show" de formalización de acuerdos con la CGT-Balcarce. "Estamos muy conformes, porque se mantiene el salario real y también la actividad y la cantidad de compañeros afiliados", señaló con toda desvergüenza el agente del Batallón 601. El burócrata no dijo que un peón de la construcción cobra 18,61 pesos por hora y llega a las 200 horas con toda la suerte de no tener inclemencias del tiempo, que la inmensa mayoría de los trabajadores está en negro, que la precarización laboral es infinita, y que las muertes por accidentes por estos motivos son las más altas de la industria. El salario pactado por la burocracia es un salario de hambre repudiado por todos los trabajadores de la construcción.


La burocracia de la Uocra hace ya mucho tiempo dejó de ser un sindicato. Se ha transformado en una comisionista de las patronales a través de coimas y negocios a medias con los patrones, tienen micros de traslados, comedores, empresas de ropa de trabajo, en un armado sinistro donde las peleas por estas coimas ya llevan varias muertes. En los últimos cuatro meses se han perdido 18 mil puestos de trabajo sin que el burócrata Martínez levante la voz. A la inmensa disconformidad de los trabajadores, la burocracia la para a punta de pistola contra los mismos trabajadores. La Uocra tiene intervenida la mitad de sus seccionales y dejó de existir en ella el menor vestigio de democracia sindical.


A raíz de esta brutal descomposición ha surgido el Sitraic, un nuevo sindicato clasista de los trabajadores de la construcción, independiente del Estado, que gana adhesiones día a día en todo el país contra las patotas sindicales, el trabajo en negro y la precarización, y donde existe la más plena democracia sindical.


Está objetivamente planteada una enorme movilización sobre las cámaras patronales para establecer convenios por zona, acordes con las necesidades de los obreros y no de la patota de la Uocra. El Sitraic ya lo ha logrado en la zona sur del gran Buenos Aires, y ahora extenderá sus reclamos en un encuentro sindical nacional en julio que dará lugar a una nueva federación de sindicatos de la construcción.


Esa es la tarea para terminar con el salario del miedo y con el miedo mismo.