Sindicales

17/5/2018|1502

Paritarias: La UOM “rompió el techo de la desvergüenza”

Antonio Caló, Secretario General de la UOM

El acuerdo firmado por los paritarios establece una suba de 6% en abril y otra de 9% en julio sobre las escalas de 2017, y estipula el pase a remunerativo de 4.000 pesos acordados en la paritaria del año pasado, lo que eleva un promedio de 2,5% la base de cálculo del acuerdo de este año.



Al ser acumulativo el 15%, con la nueva base, el incremento real será de 18,5% si se toma sólo la categoría inicial, pues esos 4.000 pesos fijos disminuyen el promedio sensiblemente en las categorías superiores o donde hay actas acuerdos por empresa como ocurre en las grandes metalúrgicas. Esa es la letra fina de la paritaria de la UOM.



Sin pudor alguno, la oficina de prensa de la UOM ha mandado un comunicado de prensa señalando que “rompió el techo salarial”. Pero la verdad para los salarios metalúrgicos es otra. 



Los sueldos de la UOM son uno de los más bajos de la industria. El inicial por hora, durante 2017, se ubicó en 63,17 pesos, por debajo del personal doméstico (71,05 pesos) y a la par del inicial del peón en la construcción (63,78 pesos). 



Salarialmente hablando, el de la UOM es un convenio basura.



¿Por qué? Sucede que bajo la administración de Caló, se ha impuesto que el básico ya no importa, puesto que sus reclamos paritarios parten del Ingreso Mínimo Global de Referencia (IMGR), que es un piso salarial para todos los obreros de la UOM, que estaba en 13.565 pesos. El reclamo “paritario” de la UOM era elevar un 27% el IMGR para poder llevarlo a 17.200 pesos de bruto. El reclamo en sí era una infamia, por eso las cámaras patronales lo aceptaron sin paro alguno y, a la mera amenaza de paro, la respondieron con una conciliación obligatoria.



El ingreso mínimo garantizado será ahora de 16.800 pesos. Simplemente un sueldo de hambre. 



Lo agravado del acuerdo es que, desde ahora, las paritarias de la UOM tienen incorporado una parte de trabajo a destajo (el presentismo y la producción) que forman parte del IMGR.



La implementación del IMGR no sólo se aplica en las pequeñas empresas metalúrgicas, también en las grandes metalúrgicas. En Acindar, la mitad de los trabajadores de la UOM tienen un mínimo de referencia de miles de pesos inferior al de los efectivos. 

El “premio” de este acuerdo ruinoso, inconsulto y sin lucha, es 700 pesos de contribución “solidaria” para la UOM para trabajadores afiliados y no afiliados.



Está planteado repudiar la paritaria y firmar petitorios en las fábricas por la reapertura de la misma y el pago del aguinaldo entero, para paliar -al menos- una parte de la entrega de una dirección que no representa a los metalúrgicos.