Sindicales

24/2/2005|888

Parmalat: los compañeros impiden el cierre de Carapachay


En dos oportunidades, con pocas horas de diferencia, la empresa Edenor se hizo presente en la planta de Carapachay con el propósito de cortar la luz. La orden, obviamente, provenía de la nueva patronal de Taselli. En ambos casos, los trabajadores impidieron que la empresa consumara ese objetivo. Coincidentemente con ello, la nueva conducción procuró sacar unas cuantas computadoras, pero, al igual que en el caso anterior, tropezaron con la negativa obrera.


 


Estos episodios retratan el choque entre dos políticas abiertamente enfrentadas.


 


El programa de Taselli consta en la presentación que hizo en el Ministerio de Trabajo. Reducir sensiblemente el plantel de trabajadores y rebajar los salarios y las condiciones de trabajo de los que se mantengan en la empresa.


 


Han transcurrido ya prácticamente dos meses y la producción apenas asciende al 20 por ciento de sus niveles habituales. En otras palabras, las plantas están virtualmente paradas. Lo único que funciona es el secado de leche para la producción de leche en polvo. Ingresan 200 mil litros diarios, poco menos de lo que entraba antes de la llegada de Taselli. La “escasez de materia prima” que proclama la patronal no es tal.


 


No está muy claro cuál es el proyecto preciso de Taselli. ¿Pretende explotar directamente Parmalat, asociarse o venderla?


 


Hay versiones que indican que ahora Danone, luego de adueñarse de la Logística de La Serenísima, quiere quedarse con Parmalat. En este caso, Taselli no sería más que un intermediario de la francesa. Cualquiera sea la variante, la condición sería liquidar una serie de activos no rentables y por sobre todo reducir el plantel obrero y los salarios.


 


El cierre de la planta de Carapachay es uno de los blancos fundamentales en esa estrategia, porque la Logística en Pilar permitiría reducir costos de estructura pero, por sobre todo, costos laborales. La patronal ha abierto un registro de retiros voluntarios. El ataque también deberá extenderse a los trabajadores que están bajo convenio.


 


El plan original de un ataque masivo y simultáneo en todos los frentes se estrelló con una aguerrida resistencia de los trabajadores, quienes han logrado mantener hasta el día de hoy sus puestos de trabajo y el pago de sus salarios. El vaciador está obligado a transitar por un camino más tortuoso. En este contexto, el cierre de la planta de Carapachay apunta a devolverle la iniciativa a la patronal y dar una señal inequívoca de que avanza el plan de reestructuración. En Carapachay se concentra la obstinada resistencia de los obreros de Parmalat.


 


Esto no ha pasado inadvertido para los compañeros, que han analizado con detenimiento y cuidado la situación. Como resultado de esa reflexión, las resoluciones que adoptaron ratifican la defensa de la planta, con las medidas que impidan su cierre o vaciamiento.


 


Por lo pronto, se ha reforzado la permanencia de los compañeros en la planta, en primer lugar en el fin de semana.


 


A las empresas de servicios se les ha reclamado que se abstengan de cualquier medida que pueda alterar el normal funcionamiento de la planta.


 


En tercer lugar, se ha votado la salida de un nuevo boletín para denunciar estas tentativas de la empresa y contrarrestar la campaña de desinformación y desconcierto llevada adelante por Taselli y la burocracia. En cuarto lugar, se va a solicitar una urgente reunión con los directivos de la empresa en los mismos términos que la que hubo el pasado 10 de febrero: conminar a Taselli a que desista del cierre de Carapachay y de otras medidas de reestructuración, y arribar a un acuerdo que asegure la continuidad laboral, los salarios y las condiciones de trabajo de los trabajadores de la empresa.


 


Otras de las iniciativas aprobadas consisten en solicitar una entrevista con el juzgado donde se tramita el concurso. El proceso judicial está estancado; la jueza no le ha dado curso al pedido de Taselli y habría reclamado mayor documentación. Una información periodística puso en duda los pasivos de la empresa, destacando en especial la existencia de deudas con otras sucursales de la propia Parmalat en otros países. Se pondría al descubierto, en forma descarnada y definitiva, que todo el operativo traspaso no es más que una maniobra fraudulenta. Lo cierto es que la agitación y la movilización obrera no deben aminorar. Es necesario poner en conocimiento del juzgado la impasse en que se encuentra la producción pasados dos meses de la llegada de Taselli y reclamar seguridades en lo que respecta a la integridad de los puestos de trabajo, el salario y el convenio.