Sindicales

9/6/2005|903

Parmalat: Pulseada decisiva

La semana que terminó fue el puntapié inicial de una nueva etapa de la lucha encarnizada que vienen librando los trabajadores de Parmalat.


El martes 31 se realizó un escrache frente a las oficinas de Taselli. Dos días después tuvo lugar un impresionante acto en la planta de Carapachay. Desafiando las inclemencias del tiempo, unos mil compañeros se dieron cita en Parmalat, donde se vivió una jornada vibrante y emotiva.


Por la tribuna, improvisada en el interior de la planta, desfilaron oradores de diversos sectores del movimiento obrero en lucha, que fueron los protagonistas de grandes conflictos en el último período: el cuerpo de delegados de Metrovías, Lafsa, Editorial Perfil, los Sutebas opositores, la gráfica Interpack, Pepsico, Supermercados Coto. También estuvieron presentes delegaciones de la Fuba y de sus centros de estudiantes, en cuya representación habló el presidente del Centro de Psicología. También ocuparon la tribuna representantes de las víctimas del gatillo fácil en la zona norte y de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos, un representante de la CCC y Néstor Pitrola, en representación del Polo Obrero.


Cerraron el acto Pablo Heller, en su carácter de asesor de los trabajadores, y Carabajal, delegado general de la planta.


Si algo quedó en claro en estas jornadas es que estamos frente a una pulseada decisiva con la patronal, que es consciente de que su proyecto de producción exclusiva de leche en polvo —que implica despidos masivos y rebajas salariales drásticas— requiere como condición previa erradicar la resistencia de la planta de Carapachay, donde está concentrado el núcleo de obreros más aguerrido de la empresa. Por eso Taselli, que ya anunció su convenio de crisis, viene demorando su aplicación y mantiene los puestos de trabajo y el   ciento por ciento de los salarios pese a que las plantas de Pilar y Chascomús están virtualmente paradas y están produciendo en volúmenes insignificantes (en relación a su capacidad). Hasta ahora, la represalia económica se ha limitado a 40 trabajadores, quienes en los próximos días van a tener dos meses acumulados sin cobrar.


El acto multitudinario fue una respuesta a la patronal vaciadora que pretendió infructuosamente, como ya se informó en Prensa Obrera, recuperar la planta por la fuerza y fue echada (al igual que los matones que trajo) por la decidida acción de los trabajadores, que reconquistaron la planta.


El acto fue una ratificación por parte de los trabajadores de su determinación de defender su ocupación con uñas y dientes y de que no están dispuestos a ceder a las presiones y provocaciones de Taselli.


La presencia masiva del movimiento piquetero, en primer lugar del Polo Obrero, es una prueba más del lugar estratégico que juega en las luchas de los trabajadores y en la posibilidad de llevarlas al triunfo.


Frente a la intransigencia patronal, que nuevamente interrumpió las negociaciones, los compañeros están decididos a redoblar la apuesta y preparan una intensificación de las medidas de acción directa.


Los trabajadores de Parmalat no se rinden.