Sindicales

27/5/2010|1130

Paro en Mercedes Benz, ¡asamblea general ya!

Los trabajadores de Mercedes Benz le dijeron basta a la burocracia del Smata con un paro, el viernes pasado.

Desde hace varias semanas, el cuerpo de delegados y la comisión interna se niegan a dar explicaciones sobre la situación de los compañeros aún suspendidos (cerca de un centenar) frente al aumento de la producción.

A mediados del mes de abril, Mercedes Benz anunció que aumentará la producción a 60 unidades diarias a partir de mayo. Cabe aclarar que el límite de producción que fijó la empresa para la línea en un turno es 60. En este sentido, es preciso mencionar que, desde que se comenzó con este plan, nunca se alcanzó el objetivo de las 60 unidades.

El plan de producción que fijó la patronal es imposible por al menos dos motivos. El primero es que una línea de producción, creada hace más de una década, cuenta con innumerables problemas técnicos, por lo que colapsa permanentemente. El segundo –y más importante– es que pone en el límite la resistencia física de los trabajadores.

La presión de los supervisores sobre cada obrero para elevar los ritmos es insostenible –y mucho más sabiendo que hay personal suspendido como para hacer otro turno.

Sumado a esto, el último acuerdo salarial firmado por el Smata –hace más de un año de un 25%, escalonado, en cuotas no remunerativas (en negro) y por debajo de la inflación– hace que la situación sea una bomba de tiempo.

Sucede que los compañeros ya se tragaron el sapo verde de los mil despidos encubiertos, la mano de obra barata enviada a Volkswagen, el centenar de suspendidos y los miserables salarios.

La crisis la están pagando los trabajadores con salarios bajos y superexplotación, mientras la empresa embolsa grandes ganancias. Según una reciente nota publicada en Clarín “con cuatro meses transcurridos, equivalentes a poco más de un trimestre efectivo (en enero y febrero la actividad es más reducida), las terminales automotrices ya produjeron 180.500 vehículos, 66,8% por arriba que el mismo período del año anterior”.

Sin embargo, hacer buena letra con el gobierno y la patronal le está costando caro al Smata.
Todo esto llevó a que el viernes 21, en una de las reuniones semanales de la burocracia por sector, los trabajadores de la planta 3 (montaje) se negaron a empezar con sus tareas sino se hablaba de salario y de incorporar a los suspendidos. Los verdes, intentando calmar a los compañeros, avivaron la llama, por lo que se produjo un paro espontáneo, que duró hasta las 14 horas. Es importante mencionar que los compañeros de almacén (planta 5) se sumaron a la protesta.

Por su parte, los compañeros de pintura (planta 4) y chapistería (planta 2) planean tomar medidas como quite de colaboración y cortar con las horas extras.

Mientras los verdes hacen oídos sordos a nuestros reclamos, nosotros sacamos nuestras propias conclusiones: que nada bueno se puede conseguir de la mano de la burocracia entreguista del Smata.

El primer paso que debemos seguir es convocar a una gran asamblea general para fijar los términos de las negociaciones paritarias, elegir delegados paritarios con mandato de base, discutir la incorporación de los compañeros suspendidos en un segundo turno y tomar medidas ante algún posible despido para garantizar la estabilidad laboral.