Sindicales

16/4/2020|1589

Paro nacional de la carne contra los despidos y la represión en Penta

Si bien el paro nacional de la carne del lunes 13, convocado tras la represión en el frigorífico Penta, fue una acción gremial limitada a algunos frigoríficos y sin continuidad, ha sido la expresión de las tendencias a la lucha de los trabajadores frente a despidos, cierres y ataques al salario.


En muchos lugares, sin embargo, como Campo del Tesoro de Pilar o en la zona oeste, se trabajó normalmente, ya sea porque los delegados de Fesitcara (Federación de Sindicatos de Trabajadores de la Carne, el sindicato convocante) no hicieron efectiva la medida o bien por el boicot de parte de la otra federación, dirigida por “Beto” Fantini (ver “Paro fantasma del sindicato de la carne en zona oeste” y “Pilar: Campo del Tesoro reduce los sueldos de los trabajadores”, en Prensaobrera.com).


Los trabajadores de Penta vienen denunciando un lock-out patronal desde el 18 de marzo y reclaman el pago de tres quincenas de salarios atrasados y la reincorporación de los despedidos. En este contexto, se instaló un acampe en las puertas de la planta, en Quilmes, que fue reprimido por la policía la semana pasada.


La intransigencia de la patronal, luego de la medida de fuerza nacional, plantea su continuidad con un plan de lucha de todo el gremio; tanto es así que lejos de llegar a una solución favorable para los trabajadores de Penta, que reclaman el pago de salarios adeudados, la reapertura de la planta y el reconocimiento sindical de los delegados y la libertad de organización, el empresario Ricardo Bruzzese continúa con el lock-out y profundiza una línea de ataque a los trabajadores, lanzando un pedido de desafuero a los delegados.


El 13 de abril se llevó adelante una reunión entre el sindicato y la patronal en el Ministerio de Trabajo donde los funcionarios se habrían “pronunciado” en favor del reclamo de los trabajadores, según afirmaron los representantes gremiales, pero sin tomar medida concreta alguna que dé salida al conflicto. Así, el gremio hará un compás de espera hasta la próxima reunión. Las dilaciones y reuniones sin avances concretos a los reclamos de los trabajadores es pasto para que la patronal siga su línea antiobrera. 


Ricardo Bruzzese, actual presidente de la cámara de la carne (Cadif) y empresario del riñón del kirchnerismo, se apoya en la inacción del gobierno frente al conjunto de empresarios que despiden y recortan salarios, y que ya significó 45 mil puestos de trabajo destruidos, como reconoce el ministro Claudio Moroni, para continuar con sus ataques a los trabajadores. 


En los trabajadores anida una clara conciencia de que el desafuero (mediante telegrama) y despido (de palabra) de compañeros tiene como trasfondo avanzar en una regimentación brutal dentro de la planta. El nuevo cuerpo de delegados desplazó al anterior que estaba “arreglado” con la patronal. Los trabajadores ven en esta renovación una posibilidad de colocar reivindicaciones básicas y modificar un cuadro de dictadura patronal.


Los trabajadores del Penta están realizando una experiencia veloz con el gobierno de Alberto Fernández. Entre ellos se oyen cada vez más voces que responsabilizan al gobierno municipal de Mayra Mendoza y al ministro de Seguridad, Sergio Berni, por la represión, y cuestionan la falta de respuesta del Estado frente a sus reclamos. La intendenta de Quilmes demoró semanas en recibirlos y cuando lo hizo, un día antes de la represión, no dio ninguna respuesta. 


Por otra parte, continúa la incógnita de quién dio la orden para reprimir; está presente en la base la convicción de que Berni envió a la policía, más allá de que él asegure que no dio orden de reprimir, como dijo un trabajador: “Este viene a hacerse el boludo y a la cana la mando él, se quiere lavar la cara”. 


La lucha de Penta abrió una crisis potencial, porque pone sobre la mesa quiénes ponen su esfuerzo para salir de esta crisis económica, y de la misma pandemia, y quiénes aprovechan esto para atacar aún más a los trabajadores. No hubo ningún accionar serio por parte del gobierno para que Bruzzese pague los salarios que debe; en este sentido, la apertura de los libros contables de la empresa es clave para constatar las ganancias o pérdidas que den lugar a este incumplimiento. Mientras tanto, el Estado debe garantizar los ingresos económicos a cada trabajador, para que su reclamo no sea callado por el hambre y sus familias no queden a merced de este ataque patronal. 


El accionar del gremio no puede agotarse en un paro, para lograr el triunfo de los reclamos es necesario un plan de lucha del gremio, por el pago de todos los salarios adeudados, la reapertura de la planta con todos adentro y la libertad de organización sindical. Los trabajadores del Penta pueden derrotar este ataque patronal si toman las acciones en sus manos.