El jueves y viernes pasados se cumplieron 48 horas de una exitosa medida de fuerza de los docentes de 26 universidades nacionales para exigir la inmediata apertura de la mesa de negociación salarial y en rechazo al insuficiente aumento pactado en cuotas por los sindicatos cooptados por el gobierno. La medida, anunciada en una solicitada conjunta, rechaza el acta “acuerdo”, que significó sólo un gran desacuerdo en el sindicalismo docente universitario nacional: Conadu Histórica no firmó.

El aumento no sólo es la mitad de lo que están firmando algunos gremios, es en cuotas –con un miserable 9% hasta más de mitad de año– y nos aleja aún más de la media canasta para el cargo testigo –nuestro reclamo histórico– y sin fondos para rentar a los ad-honorem ni para recomponer el nomenclador de nivel pre-universitario.

El paro resultó de un debate y un plan de acción conjunto entre las asociaciones de la Conadu Histórica y cinco asociaciones de base de la otra Conadu (Rosario, Río Cuarto, San Luis, Córdoba y Villa María). Se volvió a instalar con fuerza el reclamo y la denuncia de la vergonzosa tranza y entrega de las direcciones de la Conadu “Flamarique” y la Fedun, expresiones del sindicalismo oficial, cooptado por el gobierno y por las camarillas universitarias. Hallú dio cuenta de cuánto duele este reagrupamiento cuando, en un reciente discurso, atacó a la AGD-UBA y reivindicó a los otros sindicatos, construidos desde arriba, agentes de su política.

Se ha dado un paso importante

El paro del 20 y 21 de mayo culminó con una impresionante actividad en dos carpas montadas frente al Ministerio de Educación durante todo el segundo día de paro, bajo la  consigna “A 200 años de la Revolución de Mayo: sin presupuesto para salud, educación y seguridad social no hay soberanía ni independencia”. Allí hubo clases públicas de la UBA e importantes charlas a lo largo de toda la tarde.

En la misma carpa, los representantes de las 26 universidades, junto con la Mesa Ejecutiva de la Conadu Histórica, realizaron un nuevo plenario conjunto donde ratificaron la política de superar con los hechos a las direcciones sindicales funcionales al gobierno y al CIN. Los siguientes pasos resueltos son un petitorio nacional para abrir la Mesa de Negociación Salarial  y por el aumento presupuestario, y la evaluación en asambleas de base de nuevas medidas que afecten el final del cuatrimestre y el comienzo del próximo. No faltaron propuestas de no inicio, que seguramente formarán parte del tratamiento en las asambleas.

Tanto el petitorio como una posible marcha nacional son propuestas a discutir con las federaciones y centros estudiantiles combativos.

La AGD-UBA brindó el marco para la acción nacional de los 26 sindicatos. La política de su dirección de no firmar el aumento, posición defendida en el seno de la Conadu Histórica, ha tenido un gran espaldarazo con el rompimiento de los topes salariales del gobierno por parte de las grandes luchas de la alimentación y otros sindicatos. La posición de lucha y de unidad con el movimiento estudiantil, tema especialmente atacado por Hallú, son la mejor carta para el voto masivo en las próximas elecciones del 16, 17 y 18 de junio, y para ir por más sindicalismo clasista y de bases, como el que construyó este gremio de 3.500 afiliados con gremiales facultad por facultad.