Sindicales

26/4/2012|1219

Periodistas: El retiro de firmas en el plan de lucha de los diarios

Delegado paritario

El plan de lucha de la rama diarios del gremio de Prensa incluyó, entre sus medidas de fuerza, el retiro de la firma de los artículos periodísticos.


Esta acción -aunque no altera, demora o entorpece el proceso de producción del diario- fue clave en la pelea que permitió conquistar un aumento de casi el 25%, así como la recuperación y actualización de la escalas del convenio del '75.


Los planes de lucha que se han anunciado en Córdoba y Tucumán arrancaron con retiro de firmas.


Podrá decirse que el retiro de firmas no tiene, en sí mismo, más valor que el que le asigna ser expresión de una determinada etapa de disposición a la lucha de los trabajadores. La Editorial Perfil (cuna de este tipo de medidas), sin embargo, se vio obligada, en 1997 a destinar al menos dos páginas para atacar la medida.


El retiro de firmas logra, entonces, hacer visible la lucha colectiva: los trabajadores de prensa se ocultan como individuos para reaparecer como un sujeto colectivo.


De manera adicional, el periodista que retira su firma deja sola a la patronal como responsable del contenido de todo lo que se publica. Le quita al medio la autoridad de una información que, firmada, se identifica con la labor de un trabajador de la prensa. Ningún periodista está obligado a ofrecer una información o un análisis que no comparte (está incluso protegido por la ley). Los socialistas tenemos la obligación de desarrollar una lucha decidida en defensa de la integridad intelectual de los periodistas. Se trata de una lucha ideológica al interior de los medios, bajo la mirada de los lectores.


El retiro de firmas luce inquietante para las patronales. En una carta de lectores publicada en la misma edición en la que Perfil editorializó contra el retiro de firmas, un lector -fraguado o real- amonestó a los periodistas por la medida, con la observación de que ellos "no apretaban tuercas" ni "operaban una máquina" -metáfora con la que pretendió recordarles que ellos no eran trabajadores. Los conminaba a firmar sus notas. Tiene razón, por eso el retiro de las firmas tiene el alcance de una huelga política.


¡Ahí saltó la perdiz!


En el marco de un periodismo asalariado, la firma puede funcionar como una competencia entre trabajadores -en especial cuando su organización sindical está cooptada por las patronales y el Estado. La firma periodística encubre el proceso de alienación al que está sometido el periodista, quien trabaja bajo la presión de la patronal sobre sus condiciones laborales y su salario. Por eso, la importancia de un sindicato independiente y clasista es, en el periodismo, absolutamente decisivo.


El periodista no sólo no es ostensiblemente dueño del diario en el que trabaja. El trabajador, aunque firme, no decide la extensión del material ni el lugar en el que irá publicado -en muchos casos tampoco el título y demás elementos que lo acompañarán. Tampoco puede controlar el tiempo que dispone para realizar su artículo, además de que los flujos de información como insumos de su nota también le son impuestos. Más allá de las destrezas de tantos periodistas avezados, el sistema institucionalizado de "fuentes" o "inputs" del que se nutre el periodista lo provee una fuente que responde al capital o al Estado. Se desprende de aquí un formidable programa de reivindicaciones, el cual es despreciado por la burocracia sindical: el derecho del trabajador a negar la firma a artículos que distorsionen sus ideas por vías indirectas; la posibilidad de obtener información entre los trabajadores de las fuentes de ella; la apertura de libros y procedimientos de las empresas y la oficinas públicas. El sindicato de prensa pasa a tener, así, un rol revolucionario.


Como expresión más o menos consciente de esto, muchos periodistas que borraban su nombre de las notas que escribían, recurrieron a Twitter, para adherir, con nombre y apellido, a las medidas del plan de lucha general. Un terreno que había sido abonado por la toma de partido pública que muchos periodistas hicieron por el Frente de Izquierda en las elecciones pasadas.


El retiro de firmas anticipa la perspectiva de la huelga general y la re-asunción del periodista como trabajador consciente de su interés histórico de clase.