El lunes 20, los docentes de Lomas marchamos al Consejo Escolar y el 23 participamos con padres y alumnos (con 6 micros) en la movilización a La Plata. La lucha docente comenzó a retomarse cuando en la primera reunión de delegados, el 14 de mayo, la directiva negó a los delegados la posibilidad de votar y tomar resoluciones. A partir de entonces, se desarrollaron asambleas abiertas y reuniones en escuelas convocadas por una parte del cuerpo de delegados. De allí surgió la propuesta de “permanecer” en la Dirección General de Escuelas, hasta que nos recibiera su director general, Oporto. El miércoles 22, más de 50 escuelas del distrito marchamos a la Dirección de Escuelas.

Con las banderas del reclamo y los bombos atronando en el hall de entrada, nos entrevistamos dos veces, en el curso de las 12 horas de permanencia, con casi todo el gabinete educativo. No faltaron apretadas e intimaciones policiales para que desalojáramos el edificio. Las sorteamos con la firmeza de los 100 compañeros que se mantenían firmes en la planta baja. Por la noche llegaron delegaciones de escuelas de La Plata, que estaban tomando los colegios, realizando cortes y manifestaciones para darnos su solidaridad. Esa noche, todos los compañeros pernoctamos en un local del PSD para acompañar a la mañana siguiente a los 16 delegados a una reunión con Oporto.

El director general recibió nuestro reclamo: que se retrotraiga la clasificación de la desfavorabilidad al estado anterior, debido a que es una rebaja salarial arbitrariamente decidida por la cartera educativa.

Oporto nos propuso revisar las clasificaciones del distrito, con participación de los involucrados, bajo los parámetros con que se realizó esta primer reclasificación. Rechazamos esta propuesta, dejando constancia de esto en un acta que firmamos con el director general de Escuelas.