PO: ¿Cuál es tu apreciación del conflicto?

CG: En este momento hay una reunión que seguramente no va a traer absolutamente nada nuevo, pero sí han llegado una cantidad de adhesiones importantes, sobre todo del Congreso de la Nación. Diputados del justicialismo, de la UCR y del Frepaso se han puesto de acuerdo en llevar un petitorio al Congreso que contiene como puntos, primero, la reincorporación de todos los compañeros; luego, que se achiquen los plazos de efectivización de los nuevos compañeros que se incorporan a la fábrica. Vamos a tener una reunión con los compañeros de Brasil y Uruguay y con ellos vamos a discutir sobre próximas acciones de conjunto y la política que vamos a llevar adelante los trabajadores de Fiat de distintos lugares del mundo.

PO: ¿Qué opinión te merece la provocación de Campellone?

CG: Ellos no se quieren hacer cargo de los compañeros despedidos… dicen que no tienen nada que ver. Si no tienen nada que ver, ¿para qué aceptaron ser el sindicato que amparaba a los trabajadores de Fiat en su momento? Obviamente, esto lleva a un estado de indefensión a los trabajadores y esa indefensión hace que sea más difícil toda la situación. De todas maneras siempre y en todo momento, no solo apoyamos a los compañeros sino que también, en el plano legal, tenemos resuelta la cuestión de su defensa y en todos los planos que sea necesario luchar por su reincorporación.

La conducta de Campellone muestra la decadencia de un sindicalismo, la decadencia de una dirigencia que no tiene respuestas frente a una nueva realidad.

PO: ¿Cómo camina el planteo de la interfabril?

CG: Estamos tratando de que funcione; no es fácil, porque cada uno tiene su dinámica. Por ejemplo, está ahora el conflicto de Bergomi, están en una toma, estamos tratando de acoplarnos pero lleva su tiempo, estamos en conversaciones…