Sindicales

7/12/2016|1440

Petroleros: Conciliación para desactivar una rebelión obrera

El sindicato acata, las empresas no.


El lunes por la tarde el ministro de Trabajo de la Nación dictó la conciliación obligatoria, por un plazo de 15 días hábiles, ante el conflicto desatado en la cuenca neuquina por el despido de 1.700 trabajadores petroleros como producto de la determinación de YPF de bajar 33 equipos del campo. La conciliación sienta a las partes a negociar, establece el congelamiento de los 1.700 despidos y el levantamiento del paro de 48 horas que largó el Sindicato de Petroleros privados de Neuquén, Río Negro y La Pampa desde el mismo lunes 5 a la mañana.


 


La conducción del Sindicato dirigido por el senador Guillermo Pereyra decidió, en forma inconsulta, acatar la conciliación obligatoria. Sin tener aún un registro completo, se puede decir que lo cierto es que distintas empresas se encuentran violando la conciliación. Es el caso de YPF SP, la rama de servicios petroleros de YPF SA, que directamente estaría bajando la persiana. San Antonio Internacional y Petroneu tampoco acatan y, con posteridad al dictamen del ministerio, la primera ha emitido nuevos telegramas de despidos. Otras empresas, como Nabors y AESA, sí han acatado la conciliación y los trabajadores han retornado a sus puestos de trabajo.


 


Lunes de paro y piquete


 


Desde la mañana del lunes el paro fue total y, en muchos casos, con cese de producción. Pero el dato más destacado de la jornada fue la concentración en las puertas del sindicato de trabajadores de numerosas empresas, reclamando respuestas a la dirección del gremio. Delegaciones de compañeros de YPF SP, Nabors, San Antonio Internacional, Schlumberger, entre otras, cortaron la calle y de esa manera forzaron la realización de una reunión con los secretarios general y adjunto del sindicato, Guillermo Pereyra y Ricardo Astrada. Acompañando e impulsando la jornada estuvieron, en todo momento, los compañeros de la Agrupación Obreros del Petróleo.


 


En la asamblea se sintió fuerte el malestar obrero, no sólo por la acción patronal, sino también por el accionar de la propia dirección del sindicato.


 


Los compañeros de YPF SP se pronunciaron contra el plan de indemnizaciones por un año que está impulsando Pereyra, avalando los despidos, y reclamaron la defensa de los puestos de trabajo. En la asamblea, los trabajadores denunciaron a la conducción del sindicato por no sacar la convocatoria a elección de delegados desde hace dos años. Reclamaron también que el sindicato los apoye en el patrullaje obrero de un yacimiento para evitar que se bajen cinco equipos, que se encuentran bajo custodia policial. A Pereyra no le quedó otra que hacerse eco del reclamo y ‘acompañar’ la iniciativa.


 


 


Por su parte, los compañeros de SAI tuvieron una intervención muy aguda. En primer lugar expresaron su solidaridad con los compañeros de YPF SP, pero denunciaron al sindicato por haber firmado la adenda flexibilizadora del convenio colectivo de trabajo, que golpea especialmente a los compañeros de servicios especiales. La denuncia recibió la ovación del auditorio. Pereyra intentó maniobrar y dividir, señalando que ahora “lo único urgente son los despidos”, lo que fue denunciado por uno de los compañeros de la Agrupación Obreros del Petróleo.


 


Es claro, en este escenario, que la conciliación obligatoria emitida por el Ministerio de Trabajo cumplió el objetivo de desactivar una incipiente rebelión obrera, que no sólo cuestiona el accionar patronal sino también a la propia dirigencia del sindicato. Con el vencimiento de la conciliación volverá a emerger todo el malestar.


 


Operativo contención


 


El martes por la mañana los trabajadores de YPF SP, que son los compañeros que se encuentran en la situación más delicada y han ido más a fondo con la lucha, volvieron a montar el piquete en las puertas del sindicato y a denunciar la situación que atraviesan por los medios de comunicación. Como respuesta a eso, la burocracia de Pereyra operó prometiendo defender el reclamo de los compañeros de YPF SP. A cambio, Pereyra y Rucci (secretario gremial) reclamaron la liberación de la calle del sindicato y el cese de la denuncia a la dirección del gremio.


 


Una cantidad de compañeros de YPF consideran que “si el sindicato nos suelta la mano estamos fritos”. Pero el sindicato ya ha adelantado su voluntad de cambiar 1.000 puestos de trabajo por un subsidio de 20.000 pesos para cada compañero. A su vez, la cantidad de entregas que pactó el sindicato con las empresas, a lo largo de todo este año, es abrumadora. Pereyra firmó en febrero el preventivo de crisis, dando curso a la suspensión de 2.000 trabajadores, la jubilación compulsiva de 1.000 compañeros y la vía libre a los despidos encubiertos (“retiros voluntarios”). Luego entregó la paritaria, firmando en julio un aumento del 18%, contra una inflación superior al 40%. Hace un mes atrás firmó la adenda flexibilizadora del convenio colectivo de trabajo, que es la mayor entrega de las conquistas de los obreros petroleros en los últimos 30 años.  


 


Es necesario insistir que cualquier confianza en la dirección del gremio representa una orientación suicida. Por el contrario, es necesario unificar a todos los petroleros en base al siguiente programa: ni un despido, reparto de las horas de trabajo sin reducción de salario de bolsillo, apertura de los libros contables de las empresas para que se vea todo lo que siguen ganando, estatización de toda empresa que cierre y puesta en funcionamiento bajo el control de comisiones obreras electas, abajo la adenda flexibilizadora del Convenio Colectivo, que la crisis la paguen la CEPH y la Ceope (cámaras patronales) y no los trabajadores. Nacionalización integral de la industria hidrocarburífera bajo control de sus propios trabajadores.