Sindicales

1/6/1994|420

Por 50 centavos, Guerrero y Belén rematan conquistas obreras

El 25 de abril, la interna (absolutamente rosa) y los delegados 99% rosa, 1 del CTA, informaron que en SIAM, Belén (adjunto de la UOM Avellaneda) había conseguido que los trabajadores dieran un paso adelante, al recomponer el salario de la fábrica en un 18% a cambio de aumentar la producción en un 23%.


Caras duras, rodillas blandas


La burocracia ha pactado la entrega de los compañeros por la mitad de nada.


Con  posterioridad al último plenario de delegados  (8/4/94) los delegados informaron a las secciones, como un éxito en el camino de unificar al gremio, que las C.I. de SIAM y Lombardi habían decidido un plan de acción que incluía pronunciamientos al Ministerio de Trabajo y al Congreso Nacional contra la reforma de las leyes laborales e inclusive el estado de alerta y movilización.


A este cacareo impotente le puso punto final la patronal, haciendo que Belén abra las puertas de SIAM de par en par, para que pase la flexibilización por 50 centavos más por hora.


Antecedentes


Hace casi un año atrás burócratas y patrones lograron frenar el reclamo de un aumento salarial en base a la extensión de la jornada laboral, pasando de 9 a 12 hs. incluyendo sábados y domingos. Las extras fueron presentadas como la panacea para superar los magros salarios, solamente el PO, a través de sus volantes, alertó en esa oportunidad que teníamos que aprovechar las vacas gordas para reclamar un aumento salarial concreto.


Entregadores


Lo pactado a escondidas de los trabajadores es de tal debilidad, que incluso no garantiza ni el pago permanente de las míseras 50 guitas por hora, ya que cuando el mercado de electrodomésticos se sature, la patronal tenga sus depósitos abarrotados y baje los ritmos de producción como ya está pasando en la mayoría de los países del mundo, nada garantiza ni garantizará el pago de las 50 guitas.


Esta vuelta al trabajo a destajo acordado por la burocracia no está sostenido en una reorientación técnica ni en la inversión de nueva tecnología. Esto está basado, pura y exclusivamente, sobre el esfuerzo y pellejo de los trabajadores.


Derrotemos a los entregadores


Esta traición no pasará en forma indiferente, el disciplinado comportamiento de los delegados rosas será quebrado por la presión de los compañeros.


Hay que rechazar el aumento de la producción porque es sólo el inicio de un proceso más agudo de liquidación de conquistas.


Hay que reclamar un aumento de 1.000 pesos para el salario mínimo que unifique en serio a la fábrica.


 


30/4/94