El lunes 13 se inició el juicio oral y público contra Celso Sosa y cuatro trabajadores bajo la acusa­ción de instigación y lesiones graves contra un capataz de obra. Los he­chos denunciados datan del año ’93. Sosa era entonces secretario de la Uocra tucumana y los demás com­pañeros eran delegados o activistas de obra. Significativamente, la cau­sa fue mantenida abierta como una espada de Damocles sobre Sosa, du­rante tantos años.

Sosa se había caracterizado por darle a la Uocra regional un perfil combativo, y logrado im­portantes conquistas. En este momento es la cabeza del Sitracon, una agrupación de trabaja­dores desocupados de la cons­trucción, que integra el frente sindical-piquetero que ha dirigi­do la lucha salarial y por trabajo genuino en los últimos meses en la provincia.

La reactivación de la causa se da en el marco del giro represivo que ha realizado el gobierno na­cional y también el provincial. Además, el actual gobernadores, entre otras cosas, empresario de la construcción.

En las sesiones del juicio que­dó perfectamente ilustrado cuál es el régimen esclavista que impera­ba en las obras y contra el cual se enfrentaba Sosa. El capataz su­puestamente agredido por un pi­quete de la Uocra tuvo que reco­nocer que diez días antes había golpeado a un delegado, porque “antes, cuando era un trabajador común, no molestaba”

El día de inicio del juicio, alre­dedor de 500 compañeros del Sitracom y del Polo Obrero se movi­lizaron a Tribunales. Al día si­guiente volvió a hacerlo el Polo. Ahora está coordinada una gran movilización para cuando el Tribu­nal dicte sentencia, reclamando la absolución de los compañeros.