Sindicales

18/3/2010|1120

Por paritarios electos

Luchemos por el 35% de emergencia


Las paritarias se están transformando en un aspecto crucial de la situación política nacional. La inflación es uno de los síntomas del desbarranque de la política kirchnerista y el salario tiende a ser la puerta más importante para abrir una intervención obrera en la crisis política.


Cristina Kirchner lo entendió así cuando convocó a Olivos, primero a los empresarios (los remarcadores de precios), a quienes pidió no hablar de inflación y a quienes ella misma no les habló del tema. Luego a la burocracia sindical, a la que le bajó la línea de “que en este país no habrá desbordes por reclamos desestabilizadores”.


El cumplimiento de la orden presidencial está en marcha: Yasky picó en punta para entregar la docencia, esta vez por el 17% anualizado.


El tema de las cuotas y las sumas en negro es clave. En Comercio se prorrogan hasta el 30 de junio los “negros” de 2008 y 2009. Esto significa que horas extras y vacaciones continúan liquidándose sobre los básicos de 2008, lo mismo que las cargas patronales. ¡Una ganga! Luego pactó 175 por mes y pateó la paritaria para el mes de abril, al tiempo que incluyó cláusulas de fraccionamiento de aguinaldo y vacaciones, facilidades en deudas patronales de obra social y una comisión de “paz social”.


Pero abril está muy cerca y Comercio tiene reclamos de bases en decenas de supermercados y call centers. Los bancarios acaban de firmar por 3.500 pesos de básico para diez mil “calls” de su actividad, lo que plantea un movimiento de lucha por la equiparación con bancarios entre los más de 60 mil trabajadores de call de todo el país.


La paritaria bancaria le ha colocado un problema al plan de la UIA y el gobierno. La cárcel de Zanola y el imparable proceso de descomposición de las burocracias que se referencian con el dirigente preso han llevado a la banca y al gobierno a pactar un 23,5% al contado, con un inicial a 4.495 pesos, apenas doscientos pesos abajo de la canasta familiar de la CTA para febrero.


El antecedente bancario debe abrir los ojos de toda la clase obrera. La gran banca y el gobierno kirchnerista que dirige el Nación, el Provincia y el Central (a punto de firmar lo mismo) están al corriente de la catarata inflacionaria que se avecina: 31,8% anual según la Universidad Torcuato Di Tella (Ambito, 16/3). Salvan a Zanola y marcan una pauta que luce atractiva, pero está ocho puntos por debajo de la inflación prevista, al  tiempo que los bancos están polifuncionando todas las actividades en un plan salvaje de no reemplazo de jubilados y de retiros voluntarios. Para bancarios y para todo el movimiento obrero está planteada una cláusula gatillo por inflación al menos trimestral.


Para los compañeros del subte, los docentes universitarios, los compañeros de Kraft y la alimentación, para los gráficos de Interpack, Morvillo y las internas combativas, para los nuevos sindicatos azucareros salteños, para el Astillero Río Santiago, para los choferes de la 60 y Ecotrans –que rondan en reclamos del 30 ó 35%– el antecedente bancario debe ser tenido en cuenta en las asambleas y ante las patronales en dos sentidos, no aceptar las cuotas y llevar los iniciales a la canasta familiar de 4.696 pesos calculada por el Instituto de la CTA.


Otro punto vital que reclaman distintos gremios es la elevación del mínimo de ganancias o su anulación sobre los salarios.


Las burocracias centrales, por ejemplo UOM, UTA, Uocra, como otras menores como plásticos, gráficos, papeleros, negocian en secreto para traer todo cocinado, lo mismo está haciendo la seccional duhaldista del Astillero –y sus paritarios de izquierda.


Luego, están las cláusulas para aumentar la productividad sobre la base de ritmos y polifunción como insta la UIA –han sido impuestas, por ejemplo, en el convenio SAT (televisión) con Multicanal-Cablevisión o por Foetra y Foesitra en Telefónicos. Estas no pueden ser aceptadas.


En este escenario de conspiración de las cúpulas sindicales con las patronales, la confrontación tiende a pasar por las grandes fábricas. En el caso Kraft es posible elegir los paritarios de base en una asamblea general de la fábrica, porque habrá que luchar por el 35% a partir de tres mil obreros que son la mitad del gremio. El piquete de un sector de activistas y estudiantes viene bien para instalar el reclamo, pero no ganará el aumento. En Kraft se ha sufrido la confiscación del adicional de fin de año, la disminución de plantel por despidos y el aumento de ritmos, con horas extras compulsivas que disimulan la miseria salarial.


Algunos burócratas (entre ellos Cavalieri) y sectores de la UIA pretenden una gran paritaria nacional para “bajar” un tope. Temen que se les escape la liebre ante las presiones obreras. Organicemos los reclamos y asambleas fabriles, y reclamemos a la CGT y la CTA un congreso de bases unificado para luchar por el 35% de aumento ya.