Sindicales

26/11/1998|609

¿Por qué paró Amsafe?

El gremio docente de Santa Fe (que no integra la Ctera pero que ‘de hecho’ forma parte, por la política de la dirección de Amsafe), votó esta vez parar, cuando antes no venía acatando los paros nacionales. ¿Qué determinó este cambio y la decisión de parar el 11? Sucede que, en nues­tra provincia, el cronograma de apli­cación de la Ley Federal establece que en el ‘99 se implementa el 8o año. El Ministerio ha estado enviando a las escuelas toda una normativa que ha desnudado el caos que trae apa­rejado la reforma (al igual que en otras provincias), con padres que no encuentran escuelas para sus hijos (hubo autoconvocatorias), decretos de disponibilidad de docentes, deba­tes por las asignaturas que desapa­recen o la consiguiente posibilidad de pérdida de horas (el Ministerio reconoce que están sobrando entre 5.000 y 6.000 horas) y la desespera­ción de directivos a los cuales se está obligando a tener que responder por todo.


Todo esto era previsible por los antecedentes de otras provincias (recordar Córdoba, Neuquén, Capi­tal, etc.). Esta situación encuentra a la dirección de Amsafe paraliza­da, permitiendo el avance del Mi­nisterio, dejando a cada escuela su­mida en el desconcierto y aislada. Esto explica su sorpresa por el re­sultado de la última votación y la casi nula preparación para garanti­zar la medida (por eso tuvo un al­cance dividido), sumado al boicot de los departamentos que responden a la dirección radical (Educación Po­pular).


¡Amsafe debe romper con la tregua que mantiene con el go­bierno y lanzar un plan de lu­cha ya para impedir la aplica­ción de la reforma, convocando a padres, centros de estudiantes y a toda la comunidad educati­va! Esperar el ‘99 sólo significa­rá oxigenar al gobierno y encu­brir la adaptación. ¡No hay con­senso posible!


Párrafo aparte merece la ‘iz­quierdista’ dirección de Amsafe- Rosario que, luego de ser obligada a realizar una jomada gremial, pre­tendió hacer votar (en forma encu­bierta) el apoyo a la Ley de Financiamiento de la CTERA y recibió un contundente rechazo de las escuelas (inclusive en aquellas donde están sus propios delegados que se nega­ban a hacerla votar).


Luego, en la asamblea departa­mental que trataba el paro de Ctera, tuvo que ‘camuflar1 su moción pre­sentando el reclamo de “aumento de salario sin condicionamien­tos laborales”. La resultante de tanta maniobra (y el evidente des­gaste) hizo que Rosario llevara una de las menores votaciones a una asamblea provincial.