Sindicales

16/1/2014|1300

Por un Congreso de Bases del movimiento obrero

nota congreso de base movimiento obreroA nadie se le escapa que las paritarias están en el ojo de una tormenta. Se pretende una reorganización económica donde el “ancla” antiinflacionaria sean precisamente los salarios y las jubilaciones, y con ellos un enfriamiento de la economía que evite una híper.

Lavagna, referente económico de Massa, ha dicho “el Rodrigazo en cuotas no funciona”. González Fraga, el ex presidente del Banco Central, radical, ha planteado que hay que partir de una devaluación importante para después hacer “flotar” el tipo de cambio. Remes Lenicov, el ex ministro de Duhalde, puso hace un mes el tipo de cambio oficial “lógico” en ocho pesos.

Es decir, se está discutiendo y preparando un Rodrigazo, lo que significa un golpe de tipo de cambio, precios y tarifas contra el salario. Cuando los precios aumentaron un 100%, Isabel Perón fijó un tope en las paritarias del 45%. Por eso, estalló la huelga general de junio-julio de 1975.

Para la clase obrera es un momento decisivo. Así lo ha interpretado la burocracia sindical, cuyas alas debaten cómo evitar la reacción obrera que puede hacer saltar por el aire el giro que capitanea Kicillof: pacto Chevron, resarcimiento a Repsol, pagos al Ciadi, negociación con el Club de París y el FMI, pase de facturas a los trabajadores ante el fracaso de la montaña de subsidios a las privatizadas.

Todas las alas de la burocracia aportan a la discusión de la “gobernabilidad” (que se haría contra los trabajadores). Hasta sueñan con la “unidad”. Moyano y Barrionuevo, los anti K, acordaron un plenario cuyos ejes son la “paz social” y la “unidad del movimiento obrero”, la “inflación y la seguridad” y, al final de todo eso, “paritarias libres” -algo imposible si empezamos por la paz social.

Massa y su referente Héctor Daer, que no rompe con la CGT oficial, han ido más lejos, buscando liderar una alternativa política en el país. Primero, paritarias en enero para los docentes, para no llegar a marzo discutiendo con los docentes en las aulas. Algo que Scioli hizo suyo convocando a la mesa salarial.

Daer dio una pauta estratégica. Propuso que, al contrario de lo que siempre se hace, se convoque al Consejo del Salario antes de las paritarias, para que sea el elemento “ordenador” de las mismas. El porcentaje resuelto entre las patronales con las centrales amigas, con presidencia de Tomada y Cristina, sería la pauta salarial para todas las paritarias. “Nadie quiere ser la Uocra de 1975”, que junto a un puñado de gremios firmó la pauta de Isabel y quedaron colgados del pincel. Toda una línea para que el conjunto de la burocracia arregle el salario y deje las manos libres al gobierno para ajustar luego los convenios.

Para ello, están anudando acuerdos “puente” hasta marzo, mientras se arma el paquete final. Pereyra acordó el 13% hasta marzo. Incluso, los porcentajes finales podrían no ser tan bajos, porque luego la burguesía y el gobierno los absorberán mediante la devaluación. Lo importante no son tanto los importes o porcentajes como la relación que exista entre la inflación real y los salarios. Lógicamente, el armado es precario, con una burocracia atomizada, un gobierno sin autoridad política y sin un referente claro de la oposición para 2015.

El movimiento obrero tiene por delante un enorme desafío.
Los 8.500 pesos de mínimo deben ser acompañados con la indexación trimestral bajo control obrero, porque en un escenario como el actual, importa tanto el importe de arranque como el mecanismo para evitar la confiscación inflacionaria posterior. La asamblea y los reclamos paritarios votados en ellas son la vía para disputar a las burocracias el control del proceso.

El movimiento obrero tiene planteado elaborar una respuesta de conjunto. Por ello consideramos apropiado para la etapa que se abre el planteo de un Congreso de Delegados de Base, electos por asambleas de todo el movimiento obrero, de los sindicatos, las CGT y CTA, para discutir el salario y las paritarias, las jubilaciones y un plan económico de los trabajadores para salir de la crisis. Un planteo que debe abrirse paso a través de convocatorias y autoconvocatorias de delegados y activistas en gremios y zonas.

Que no pase el Rodrigazo que preparan la patronal y sus partidos políticos.