Sindicales

6/10/1994|429

Por un Frente de Izquierda para sacar a los punteros del gobierno de la vecinal

Islas Malvinas es uno de los tantos barrios obreros de Neuquén. Una gran parte del mismo está asentado sobre terrenos fiscales que fueron ocupados a fines de la dictadura. Es decir, es un barrio forjado en la lucha por las mensuras y los servicios.


Nuestra actividad en el barrio comenzó sistemáticamente por el año 1988, con un comité de apoyo a la huelga docente de aquel año. Fuimos en el año 1989 los gestores y sostenedores de la olla popular, durante la hiperinflación. De estas luchas surgió la agrupación Naranja-Roja, orientada por el PO. Los compañeros de la Naranja-Roja jugaron también un importante papel durante la represión policial al barrio, organizando la defensa de los vecinos.


Más recientemente, la Naranja-Roja participó de la Comisión de Padres en la huelga docente de 1992, y ayudó a formarla en otros barrios. Tuvo una destacada intervención en la defensa del hospital público durante la huelga de salud del año pasado.


Es decir, la Naranja-Roja tiene toda una trayectoria de organización y lucha vecinal. En la elección pasada, una compañera de la agrupación fue elegida por los vecinos como protesorera de la Comisión vecinal. Ese fue un primer paso para recuperar dicha Comisión de manos de los personeros del gobierno.


Recientemente, la Naranja-Roja organizó la lucha por las cloacas, ya que el barrio Islas Malvinas había sido excluido del plan de obras del municipio, siendo que las cloacas son de primerísima necesidad, ya que las aguas servidas de los pozos brotan por la pendiente del barrio y corren por las calles, transformándose en fuente de contagios e infecciones.


La Naranja-Roja realizó una asamblea barrial con más de 100 vecinos y se lanzó un petitorio que juntó más de 1.000 firmas, exigiendo la inclusión del barrio en el plan de obras cloacales del municipio, cosa que se consiguió ante la movilización vecinal, que llegó incluso al corte de calles.


La pelea luego se siguió dando para que sea el municipio el que se haga cargo del costo de la obra y no los vecinos.


El 30/10 se vota: Que la izquierda no vuelva a ir dividida


Todas estas luchas deben confluir en la conformación de un Frente de Izquierda para las elecciones vecinales. En este barrio, donde tradicionalmente se presentan 5 o 6 listas, cada partido arma su lista, lo cual le da a la elección un color netamente político. Por eso es tan importante que la izquierda no vaya una vez más dividida, lo cual causó en la última elección que se perdiera de obtener la mayoría en la Comisión Vecinal. En ese momento la actitud del PC, que arrastró al Mst, a la postre jugó un papel nefasto.


Ahora el PC ha desaparecido, pero el Mst, a pesar de que le hemos planteado la unidad, se ha lanzado a la actividad de armar su propia lista, rechazando nuestro planteo con exigencias de aparato (pretende 3 de los 5 primeros cargos, sin tener una agrupación en el barrio ni una trayectoria como la Naranja-Roja; sólo tienen un militante reconocido como activista).


Nuestro planteo es conformar una lista paritaria en los primeros cargos, donde se refleje la realidad de la inserción de cada uno en ese barrio.


La actitud del Mst sólo logra confundir y dividir al activismo.


La Naranja-Roja tiene una existencia real reflejada en las asambleas que convoca, las reuniones periódicas de agrupación, el boletín que edita y años de militancia en ese barrio como agrupación. Esto no puede ser desconocido por los compañeros del Mst. Los llamamos a reflexionar y abandonar todo divisionismo especulativo, para conformar el Frente de Izquierda que expulse de la vecinal a los “aparatos” del gobierno. El barrio lo necesita y es posible.