Por una gran movilización en defensa de los hospitales

Finalmente, la situación terminal de los hospitales de la Ciudad de Buenos Aires ha comenzado a salir a luz.

Los trabajadores del Borda pararon por 24 horas el viernes 29, frente a lo que, a esta altura, es un intento de cierre. Carecen de gas desde el 21 de abril, falleció un paciente carbonizado por un incendio en el servicio de terapia y fue cerrado el servicio para adicciones. El Borda saltó a los diarios por el corte del gas, pero no por la defensa heroica que sus médicos y enfermeros hacen de los pacientes frente a la política -ejecutada por el PRO en base a la ley votada por el arco K y Proyecto Sur- de desmantelamiento y expulsión de los internados.

Una asamblea del hospital Gutiérrez -con más de trescientos médicos, profesionales, residentes, empleados, que fue la más nutrida del año- rechazó en forma unánime el acuerdo salarial firmado por la dirección de la Asociación de Médicos Municipales (AMM), una decisión que fue “preparada” por una declaración de Tribuna de Salud, la cual tuvo su impacto. La asamblea denunció aumentos que no cubren la inflación, son en negro y promedian un 25%. Para los residentes, el aumento es misérrimo y deja pendiente nada menos que la sobrecarga horaria, el pago en tiempo y forma del salario, así como el relevamiento de la tarea de formación. Además, la tercerización de la preparación de las quimioterapias de los chicos por falta de personal y estructura (encareciendo hasta el absurdo los costos), la ausencia de monitores en terapia intensiva, el cierre de camas por falta de enfermería.

Se resolvieron dos paros, para el 5 y 17 de mayo, el primero confluyendo con el Ameghino; el segundo, con movilización a Jefatura de Gobierno.

El miércoles 27 de abril hubo un paro en el hospital Clínicas, dependiente de la Universidad de Buenos Aires, encabezado por los residentes, quienes denunciaron una situación de “abandono de persona”, lo que debería llevar al rector de la UBA y al ministro de Salud a un juicio sumario: “falta insulina para los pacientes diabéticos, insumos básicos… los aparatos son obsoletos y no existe mantenimiento. Hoy se diagnostica un cáncer operable y potencialmente curable, pero por las demoras, al momento de la cirugía habrá dejado de serlo. La mitad de la terapia intensiva está clausurada, la mitad de la unidad coronaria también…”.

La seguridad privada

Desde el retiro de la Federal de los hospitales y su “reemplazo” por la privada, la situación es cada día más grave: se han contabilizado 13 agresiones, al menos un tercio de los centros primarios de salud funcionan algunas horas o directamente no lo hacen y 18 hospitales carecen de custodia oficial. En algunos hospitales, existe tan sólo un efectivo de la Federal en la puerta, con la consigna de no ingresar y llamar al 911 en caso de emergencia -una joda. Antes del retiro de la Federal, las agresiones ya existían y expresaban el malestar de los familiares de los pacientes en un sistema carente de insumos, de edificios aptos, de enfermeros, de salarios que permitan vivir sin necesidad del trabajo extra o de los módulos.

El saldo de la crisis es que el negocio capitalista de la seguridad privada factura más del doble que antes y sostiene un “ejército” en el que revista la mano de obra cesante de la Federal y la Bonaerense.

(Es el gobierno PRO el que dejó de pagar los adicionales de la Federal para custodiar los hospitales, lo que podría revelar el interés de crear una crisis para reforzar el negocio de la seguridad privada, pero es el gobierno nacional y su ministra de Defensa quienes pavimentaron el camino para este desenlace.)

¿Por qué no unir?

La responsabilidad es del macrismo y también del gobierno nacional, como lo demuestra el Clínicas.

En oportunidad del paro del 8 de abril, todo un arco de organizaciones influidas por el gobierno K salió a denunciar como “político, patronal y contra el gobierno de CFK” el paro convocado por la AMM. Proyecto Sur no se pronunció. Llamaron a no parar y, a la vez, no se pronunciaron contra la seguridad privada -lo que fue funcional a la política de Macri.

Es urgente unir todo: el Borda, el Clínicas, el Gutiérrez en una gran movilización al Ministerio de Salud, la Jefatura de Gobierno y Plaza de Mayo, así como un plan de lucha de conjunto frente a la demolición consciente de los hospitales, por un salario inicial igual al costo de la canasta familiar, la designación de los 5.000 enfermeros faltantes, la eliminación de los módulos, un ingreso para médicos y profesionales que posibilite una dedicación de tiempo completo, un cuerpo de seguridad sometido a un convenio colectivo de trabajo y al poder de veto de las asambleas, la apertura de los libros y partes diarios de las comisarías contra las coimas policiales y las zonas liberadas, la eliminación del sistema de adicionales, una comisión de control sobre el funcionamiento y requerimientos del hospital electa en asamblea general.