Sindicales
5/11/2014|1339
Procesos destacados
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Fate e Inti
Fate, que sufrió durísimos golpes en 2008, se ha recompuesto. Se realizaron cuatro paros generales y cinco asambleas generales con cese de actividades en lo que va del año, imponiéndole, en gran medida, las reivindicaciones a la patronal. La política de la seccional de San Fernando trasciende a su planta y extiende la influencia de la lista Negra Nacional en las elecciones del Neumático.
El método del Sutna San Fernando ha ido recomponiendo la organización de lucha, sección por sección, contra la burocracia de Waseijko, la atención de las reivindicaciones cotidianas, la defensa, hombre por hombre, de todos los activistas represaliados y la lucha contra las causas por desafuero que se fueron revirtiendo.
Fate fue el sector que primero golpeó la patronal y la burocracia sindical en la zona norte. Hoy la seccional ha recompuesto fuerzas. Fue clave la gran elección de la negra que derrotó el divisionismo de la Lista Marrón divisionista (MAS-PTS) cuando estaba en juego una posible victoria del yaskismo, que, ahí sí, habría dado por tierra con la recomposición de la situación de Fate.
Hoy, el Sutna San Fernando encabeza una lista nacional junto a Romina Del Plá del Suteba Matanza y presenta lucha en todo el gremio contra el yaskismo, en este caso ante el abstencionismo criminal de las corrientes de la Marrón, situación que se reproduce en los Sutebas, el Subte y en todo el país.
En el Inti, la Lista Naranja del PO e independientes, con gran protagonismo en las luchas del Parque, obtiene en estos días el 40% de los votos, contra la Verde michelista aliada a una corriente de izquierda de la zona, Opinión Socialista, con posición en el Suteba Tigre. De manera que en la izquierda priman tendencias contrarias al frente único de clase desde el sectarismo hasta el abstencionismo o la alianza con la burocracia, distintas caras de la misma moneda.
Lear y Emfer
Lear llegó al conflicto actual con 177 compañeros menos en la planta, ya “retirados” en diciembre pasado. Esa etapa anterior al último conflicto estuvo marcada por una lucha intestina en la comisión interna que conseguir una supremacía de activistas ligados al PTS. La mayoría del cuerpo de delegados retomaba la iniciativa lentamente a principios de este año, cuando se producen 200 despidos, la Comisión Interna decide hacer una asamblea y votan un paro de dos horas, que luego se extiende por tres horas más. Estaba planteada allí la posibilidad de ocupar la planta. Pero no había ni preparación ni decisión política para ello.
A la semana siguiente los delegados fueron impedidos de ingresar a la planta y comenzó una lucha con bloqueos y cortes desde afuera, cada día mayor, y una retracción de los trabajadores de “adentro”.
El objetivo de la patronal ha sido despedir al activismo, desmantelar la organización para racionalizar e imponer un convenio a la baja, firmado por Pignanelli en 2012 y repudiado por la fábrica. Por ese convenio, los nuevos trabajadores ganan un 40% menos que los más antiguos.
La interna fue reincorporada por decisión judicial pero no reasumió. Existe una grieta, en la actualidad, entre los luchadores despedidos y los propios delegados, por un lado, y parte de la base de la planta, en un clima patronal carcelario. Hay que distinguir el alcance mediático de acciones en la Panamericana, de la situación interna. Nada puede sustituir la derrota de la patronal dentro de la planta. Lo que importa es la participación de la clase. En otros artículos hemos denunciado el pedido de mediación al embajador norteamericano, precisamente el capanga político de la empresa.
En Emfer, sectores del Encuentro de Atlanta -ahora de Platense-, se orientaron a un compromiso con el Evita para lograr una “solución posible” desde el interior del kirchnerismo. Esta política dilapidó la gran combatividad del colectivo obrero, dejó de lado el reclamo de estatización y continuidad del taller ferroviario. El Proyecto de ley votado en asamblea fue presentado por el PO de inmediato. Sin lucha se desguasó el taller y una asamblea aprobó la reubicación de los compañeros. La ausencia de una estrategia política de independencia de clase en el movimiento obrero, tuvo en Emfer una expresión extrema.