Sindicales

18/12/2003|830

Programa de asistencia financiera para empresas recuperadas

El escenario fue cuidadosamente preparado. Prácticamente se ejerció un chantaje sobre las empresas recuperadas, que tuvieron que hacer acto de presencia en forma obligada en el acto oficial organizado en la Casa Rosada si pretendían ser beneficiarias del Programa de Asistencia Financiera que se disponía a anunciar el Presidente.


Pese a toda la parafernalia, el anuncio de Kirchner no dejó de ser una decepción. Los 80 millones que venían reclamando distintos nucleamientos que se disputan la representación del movimiento de empresas recuperadas, el Gobierno los redujo a 6 millones. En lugar de subsidios no reintegrables como se venía solicitando, se trataría de un línea de créditos instrumentada por el Banco Nación y coordinado con los ministerios de Trabajo y Desarrollo Humano.


No es un secreto para nadie el calvario por el que hay que pasar para acceder a un crédito en el Nación, a lo cual se agregaría el visto bueno que deberán otorgar los dos ministerios nombrados. De modo que todo está por verse. Este programa crea las condiciones ideales para la injerencia económica y la manipulación política del Estado en las empresas recuperadas.


El crédito no es un regalo, hay que devolverlo. Aunque no han trascendido los plazos, sí se conoció que la tasa de interés ascenderá al 7 por ciento, bastante por encima de la inflación pronosticada, y que el tope de los préstamos será de 200.000 pesos.


El anuncio contrasta con los 18 millones mensuales (200 millones anuales) otorgados a las concesionarias privadas de los ferrocarriles, pero… en subsidios; con los 750 millones otorgados a los exportadores, y con la compensación de varios mi les de millones entregados a los bancos también bajo la forma de subsidios.


¿Cabe alguna duda de cuál es la orientación social del gobierno K?