Sindicales

27/7/1994|424

Provocación patronal y resistencia obrera

Las patronales metalúrgicas de Tierra del Fuego han lanzado una provocación contra el movimiento obrero de la Isla. En Río Grande, Kenia, que tuvo suspendidos a sus 237 trabajadores con goce de haberes durante 60 días decidió el despido directo de 98 de ellos. Aduce caída de ventas y saturación de mercado.


En Ushuaia, los patrones de New San suspendieron a 27 obreros que adhirieron al plan de lucha nacional de la UOM y pararon el 18 y 19 de julio pasados. Los patrones aducen que se ha violado la cláusula de “paz social” acordada cuando se levantó la gran huelga metalúrgica de 18 días.


Pero la patronal de Kenia tiene, además, un “conflicto”  con el gobierno en torno a los beneficios impositivos de la llamada “promoción industrial”  y que a fines de 1992, fueron parcialmente derogados, al aplicarse el IVA, para, los productos armados en Tierra del Fuego. Todos los patrones iniciaron juicios en defensa de sus “derechos adquiridos” y decidieron resistir no pagando los impuestos. A fines del 93, el gobierno decidió eximirlos nuevamente del IVA (vía el “pacto fiscal”), pero a condición de que levantaran los juicios en curso y pagaran lo que adeudaran desde el 92. Kenia es una de las que no aceptó el trato y sigue reclamando por sus “derechos adquiridos”.


Estos conflictos son en gran parte una maniobra de presión.


El gobierno provincial, como en la anterior huelga de 18 días, se coloca del lado de los empresarios. El ministro de Trabajo, Baschera, declaró que “la decisión de los directivos de Kenia es entendible cuando se refiere a situaciones financieras y patrimoniales de la empresa”. En cambio, condenó a los obreros de New San por “violar la cláusula de paz social acordada a principios de junio”.


El gobernador Estabillo declaró que su gobierno “no está para garantizar las fuentes laborales”.


La cláusula de “paz social” se manifiesta aquí claramente como un intento de romper la unidad de la clase obrera, pretendiendo convertir en “carneros” a los trabajadores que estuvieron a la vanguardia del plan de lucha nacional de la UOM. Ya se ha realizado una marcha de cerca de 1.000 trabajadores metalúrgicos y de otros gremios por las calles de Río Grande y se amenaza con un paro general de la CGT fueguina, probablemente en coincidencia con el paro general del 2 de agosto.


Pero se evidencian confusiones en las respuestas de la UOM frente a estas provocaciones. En primer lugar se decidió que los 160 trabajadores de Kenia no cesanteados se incorporen nuevamente al trabajo desde este lunes “para no entorpecer más las negociaciones que se vienen llevando a cabo”, según manifestaron voceros gremiales (Crónica, 26/7).


La UOM de Río Grande exigió la “reincorporación de los 97 despedidos de Kenia o la reinserción de los afectados en la actividad laboral de Tierra del Fuego”.


No se trata de “reinsertar laboralmente” a los despedidos sino de reincorporarlos. La patronal de Kenia se ha llenado de dinero en estos años con la “promoción industrial”. Es necesario que, disminuyendo las horas de trabajo, garantice ahora el derecho al trabajo para todos sus trabajadores. Dejar pasar estos despidos es abrir la puerta para que las patronales retomen la iniciativa de despidos y superexplotación fábrica por fábrica.