Sindicales

2/6/2005|902

Puerto Madryn: Merecía otro desenlace

Luego de 38 días de huelga general, ocupación del puerto, piquetes, fondo de huelga, toma del Concejo Deliberante, con los empresarios como rehenes, los obreros del pescado de Puerto Madryn han levantado su movimiento de lucha. Han arrancado un aumento de 3,40 a 6,50 la hora de trabajo, una garantía horaria (salario en tiempos de inactividad) de 1.014 pesos mensuales para las categorías inferiores y un jornal de 0,42 por kilo para los fileteros.


El acuerdo está muy por detrás del reclamo que originó la huelga, del 100% de aumento en el básico sin contar los aumentos dados por el gobierno, en una zona en la que el costo de la canasta familiar supera en un 40% a la del resto del país —en Puerto Madryn se estima en 2.400 pesos.


Una semana antes de presentar este acuerdo en Puerto Madryn, la dirección del Stia (Sindicato de Trabajadores de la Alimentación) había levantado el conflicto en Comodoro sobre la base de este mismo convenio. Una imponente asamblea general, el martes 18, con más de 1.500 trabajadores reunidos en el Gimnasio municipal de la ciudad, rechazó el acuerdo de los 6,50 la hora, firmado por los dirigentes y resolvió la continuidad de la huelga y la ocupación del Concejo Deliberante. En esas horas, la polarización llegó a un extremo: solicitadas de todo el arco patronal reclamaron “el restablecimiento del estado de derecho” y la actuación de la fuerza pública contra los huelguistas, y “hubo calientes gestiones en la noche del miér coles para evitar una confrontación entre policías y manifestantes” (Chubut, 21/5). Pero la rebelión no tuvo dirección y fue desmontada por la campaña febril de las patronales, el gobierno y la propia dirección del Stia. El viernes 20, luego de una nueva asamblea general, se firmó el acuerdo que los obreros habían rechazado cuarenta y ocho horas antes. El convenio establece una discusión de los salarios cada tres meses, pero con un tope que es la inflación calculada por el Indec, siendo que los trabajadores no han recuperado el salario que percibían antes de la devaluación. Determina, además, un compromiso de paz social por un año y habilita convenios por empresa de aquí en más.


La huelga de 38 días es, de todos modos, un indicador político de las tendencias de lucha del conjunto. Plantea la oportunidad de un Congreso nacional de trabajadores de la industria del pescado convocado por la Lista Celeste del Soip para trazar las tareas del gremio luego de la huelga histórica.