Sindicales

18/7/1996|503

Que el Consejo de Delegados asuma la conducción del gremio y el plan de lucha

Con el pretexto de la ‘acefalía’ del Sindicato Buenos Aires, su dirección guillano-menemista levantó, en forma unilateral e inconsulta, el ‘plan de lucha’ que había votado el plenario general de delegados del gremio. El plan  incluía como medidas significativas, una asamblea general el 17 de julio y una movilización a Plaza de Mayo en fecha a determinar.


Se ha vuelto a poner de relieve, brutalmente, que esta dirección burocrática es absolutamente incompatible con la lucha por las reivindicaciones de los telefónicos.


En esta seccional se ha venido librando, por impulso de los delegados antiguillanistas y el activismo, una prolongada batalla contra la política de reducción y superexplotación del personal de Telecom y Telefónica. En el último período, la lucha, que se libra bajo la forma de marchas (3.500 compañeros en la última, el 3/5), autoconvocatorias y paros en diferentes sectores, se ha concentrado en dos grandes cuestiones: que cesen los ‘aprietes’ y sanciones arbitrarias patronales en favor de los ‘retiros voluntarios’, y que se termine con la entrega a contratistas de trabajos que puede realizar el personal telefónico. Las empresas subcontratan trabajo por medio de contratistas ‘truchas’, creadas por ellas mismas, como una manera de rebajar salarios, reducir personal efectivo y desjerarquizar el trabajo. La burocracia nacional de FOETRA colabora con esta política; creó su propia empresa, Microemprendimientos S.A., que toma trabajo contratado con trabajadores despedidos.


Autogolpe


La mentada ‘acefalía’ de la seccional, se originó en maniobras del propio guillanismo que, hace 2 años, prolongó de 2 a 4 años el mandato de la Comisión Administrativa, con procedimientos antiestatutarios. Ahora salta que el Ministerio de Trabajo dictaminó, en septiembre del 95, la ‘acefalía’ de la seccional, hecho que fue ocultado por la directiva hasta la actualidad. No obstante lo cual, el guillanismo dirige un violento ataque, incluyendo agresión física, contra delegados opositores que hicieron suya la denuncia de acefalía y reclamaron la normalización del Sindicato Buenos Aires.


Estas bravatas no son más que una pantalla; la Lista Naranja telefónica ha caracterizado, en una declaración (12/7), que aquí hay gato encerrado. Que se trata en realidad de una maniobra del guillanismo para promover una intervención (del Ministerio o de FOETRA), con la  doble finalidad de desmontar la resistencia de los trabajadores y ocultar su responsabilidad en la quiebra financiera del Sindicato Buenos Aires, dejando en manos de la intervención el trabajo sucio del remate de propiedades del gremio y el recorte de permisos gremiales (de su propia tropa) por valor de más de 50.000 dólares mensuales.


Ante toda esta situación, se realizaron dos plenarios de más de 100 delegados y activistas opositores a Guillán,  que resolvieron reclamar, ante el sindicato y el Ministerio de Trabajo, que el Consejo de Delegados Generales se haga cargo del gremio y convoque a la Asamblea general, procedimiento que marca el Estatuto. La Lista Naranja plantea que este reclamo no ‘quede en los papeles’, lanzar una gran campaña de agitación sobre el conjunto del gremio, asambleas en los edificios y medidas de movilización, en la perspectiva de echar al guillanismo, impedir la eventual intervención y reencauzar la lucha contra los ataques patronales.