Sindicales

1/7/1999|633

Que la UOM llame a la Huelga General

El 24 de junio, una semana antes que finalizara la suspensión del personal con la planta cerrada, la Peugeot —dueña de la fábrica— sinceró la situación: Corni cierra. Puso ‘con esfuerzo’ el 50% de la indemnización en la mesa y se mostró dispuesta a negociar algo más con tal de acabar la lucha.


A la UOM se le fueron los ojos arriba de la propuesta y el entusiasmo de Rampoldi, secretario de Trabajo de Duhalde, fue inocultable. El futuro ‘presidente social’, al igual que en Atlántida (después de mandar 1.000 policías), puso su hombre a lograr personalmente que los huelguistas acepten la indemnización y se vayan a su casa.


A 17 días de olla popular, los compañeros de Corni enfrentan un momento crucial. El objetivo patronal es ‘capitalizar’ el desgaste de esta lucha en puerta de fábrica, usando los días que restan para concretar el cierre, subiendo paulatinamente la apuesta indemnizatoria, de ser necesario. Otra vez se presenta la disyuntiva estratégica que ya señalamos: el único derrotero de una lucha a fondo es la reapertura de Corni; lo otro es un derecho jurídico que ya tienen los obreros y que no le sirve a nadie, máxime cuando son despedidos miles de metalúrgicos al mismo tiempo.


Más de 100 compañeros reunidos en Asamblea General rechazaron la posición patronal y es muy valioso que lo hayan hecho. Pero ahora se plantea la necesidad de una estrategia capaz de sostener la huelga sin el cobro de los salarios a partir del primer día de julio, con un gigantesco fondo de huelga, basado en la unidad obrera zonal, apelando al movimiento estudiantil, con festivales, actos y cortes de ruta que revolucionen la huelga. Se trata de transformar a Corni en un gran conflicto nacional capaz de capitalizar la crisis política del gobierno forzando la intervención del Estado para que reabra la fábrica, algo que no es imposible con un gobierno jaqueado por los levantamientos sociales.


Es falso que la UOM apoye el conflicto; al contrario, lo está reventando. Desde que estalló Corni, nunca más hubo un Congreso de Delegados en Vicente López, los delegados seccionales tienen prohibido ir a la olla; el ‘apoyo’ de ‘Minguito’, quien jamás se le vio la cara, se mide en el envio de algunos paquetes de fideos y en los micros para ir al Ministerio en La Plata, donde la burocracia piensa cerrar el conflicto. Corni debe plantear, como Morrison, la exigencia del congreso de delegados para garantizar el fondo de huelga y exigir el paro nacional de la UOM.


El ‘aguante’ de Corni ha tenido un ‘premio’. Cuando transcurrían 12 días de la lucha, los metalúrgicos de Emprendimientos Ferroviarios ocupan dos veces la planta, cortan las vías y las rutas, se movilizan a Retiro y sus delegados se juegan a la unidad con Corni y a arrancar el paro nacional de la UOM. Seis días más tarde, al momento de cerrar estas líneas, se inicia el conflicto de Diasa. La tenacidad de los trabajadores de Corni enlazó su lucha con dos grandes conflictos metalúrgicos por el mismo problema, el cierre.


La unidad cae de madura, son dos mil metalúrgicos de tres seccionales en lucha contra el cierre. La situación replantea la ocupación misma de Corni que ya planteamos, las tres plantas tienen que coordinar un plan de lucha, movilizaciones al poder político, movilizar sus seccionales hasta arrastrar a toda la UOM. La base de esa coordinación tiene que ser la ocupación de las tres empresas. Es la medida que se corresponde con la estrategia de imponer la reapertura, forzando la intervención del poder político para que el Estado se haga cargo y las plantas se pongan en funcionamiento bajo control de los trabajadores, para hacer la producción actual o mediante su reconversión para defender la continuidad de las fuentes de trabajo.


El cierre de los monstruos automotrices y de material ferroviario afecta industrias subsidiarias; no puede ser que la suerte de miles y miles de familias obreras dependa de la decisión conspirativa de estos pulpos que llegan, se llenan los bolsillos, especulan con los subsidios del Estado y después dejan a todo el mundo en la calle. Hoy, ya mismo, el Plan Canje cuesta centenares de millones de dólares en subsidios estatales con el cuento de la reactivación automotriz. No se ha terminado de implementar y la primera noticia es el cierre de Diasa y 500 despidos en Peugeot, además del cierre de Corni y de decenas de autopartistas. Ningún cierre, que la crisis la paguen ellos, reapertura inmediata de todas las plantas y reincorporación de todos los despedidos y suspendidos.


En cualquier caso, con la masa de fábrica ya consciente del cierre, con la experiencia adquirida y la ampliación de la lucha están dadas las condiciones para el renacimiento del conflicto en pos del triunfo por los puestos de trabajo.


Corni, Morrison y Diasa pueden arrancar ya la huelga general de la UOM y pueden triunfar.