Sindicales

30/9/1998|602

Que no nos echen como limón exprimido

Morón

La empresa acaba de confirmar la venta de la fábrica al Banco Credit Suisse First Boston. Hace unos días, los supuestos nuevos dueños recorrieron la planta.

 

Es muy difícil para el obrero obtener datos específicos, pero de acuerdo con los rumores primero se habló de que los nuevos dueños querían el 60% del personal, luego que despedirían al 100% y retomarían a quienes les parezca. Además, invocarían una‘situación de crisis’ para abonar la mitad de las indemnizaciones.

 

En las condiciones de la ‘reforma laboral’ votada recientemente, los recontratados entre 15 y 28 años, podían quedar como aprendices durante un año, sin pago de indemnización; la indemnización por despido quedaría reducida a la tercera parte; y se acentuaría la flexibilidad laboral.

 

Nuestra fábrica es el país

 

Tres Cruces es un símbolo de lo que le ocurre a toda la clase obrera.

 

Cobramos un promedio de 3 pesos la hora y un premio al presentismo (si no faltamos) de 17 pesos. Peso más, peso menos, 500 pesos al mes, el 40% de lo que cuesta la canasta familiar.

 

Por esta miseria, trabajamos hoy el triple de lo que hacíamos cinco años atrás. La producción se ha más que duplicado y el personal ha caído, de conjunto, más de un 30%. La diferencia se la ha embolsado íntegramente la patronal. Sus beneficios han sido inmensos.

 

Plantarse

 

La salida es plantarnos. Que nadie quede afuera, que no se toque una sola conquista, que se anulen las ‘tercerizaciones’, que se reduzca la jornada de trabajo sin tocar el salario frente a eventuales problemas de producción, que nos paguen un 50% de aumento de emergencia (apenas una fracción de lo que han ganado con nuestra explotación).

 

Por todo esto, actuemos juntos para arrancar una asamblea general, resolver un plan de acción y elegir un comité de lucha. Para que no nos agarren dormidos.