Sindicales

18/10/2018

Reapertura de paritarias en papeleros: se puede ganar con un verdadero plan de lucha

La federación del gremio papelero convocó un paro nacional el 17 de octubre para los convenios de las ramas de cartón corrugado, bolsas industriales y envases de cartón; dice el comunicado “debido a la intransigencia del sector empresario a una recomposición salarial”. Como nunca se vio, la burocracia papelera tuvo que salir a realizar asambleas en las puertas de las fabricas más importantes, como en Mendoza, Cartocor (Luján y Paraná), Riviere e Hijos (Escobar), Cartonería San José (Lanús) y Klabin (Pilar), aunque la convocatoria fue escasísima.


En cada paritaria se negocia el salario y las condiciones laborales en completa clandestinidad. Ahora, la burocracia papelera pretende salir a las apuradas a convencer a los trabajadores de que es momento de defender el salario y sus conquistas cuando en realidad durante la era K y estos 3 años de macrismo no cumplieron ningún rol organizador ni de lucha: el descreimiento hacia esta conducción es general. A las últimas movilizaciones convocadas por la CGT, la federación solamente arrastró secretarios generales y algunas comisiones internas.


Llegan tarde frente a semejante ajuste del gobierno y de las patronales en el gremio, donde los efectos de la crisis son cierres de sectores, baja de los contratos temporales, despidos, achique de planteles, adelanto de vacaciones y suspensiones.


La desorganización del gremio se puso de manifiesto en el paro de estas tres ramas, que fue muy dispar: en las fábricas más chicas, donde está el grueso de los trabajadores, predominó la “libertad de acción”.


Esto ya había pasado con el paro del 25 de agosto, cuando la burocracia papelera no se jugó a nada para garantizar la huelga en las fábricas y, donde se logró parar, fue por la propia voluntad de los trabajadores. La excepción fue Kimberly Clark Bernal, organizada por la Gris, donde el paro fue total.


A mediados de julio la Federación pactó en silencio una actualización del 6%, en dos cuotas, pero solo para la rama de fabricación de papel, convenio más importante (noticia que salió a la luz en estas semanas). Es decir que, con una inflación que va a llegar al 50 %, recién en septiembre llegaríamos a un absurdo 19% y 25% en febrero de 2019, con la promesa de revisar todo en enero.


Sin embargo, para las otras seis ramas, las negociaciones por la actualización quedaron truncas. El paro, mal preparado y de dispar cumplimiento, no ha servido para quebrar la intransigencia patronal. Las acciones aisladas y sin perspectivas nos debilitan.


En Kimberly Bernal, dirigida por la lista Gris, se logró adelantar las cuotas a noviembre, llegando a un 25%; un porcentaje que está lejos de la inflación, pero que prueba que, con la fuerza de todo el gremio, movilizado y organizado, es posible defender el salario.


Hay que poner al gremio de pie con asambleas en los lugares de trabajo y plenarios de delegados en todas las seccionales, para lanzar un verdadero plan de lucha por la reapertura de paritarias hasta conquistarla, por un reclamo único para todo el gremio: actualización salarial de acuerdo a la inflación de estos meses, cláusula gatillo. A esto hay que sumar otros reclamos como el cese de los despidos, el respeto al convenio colectivo y las condiciones de trabajo.