Desconfiando de las negociaciones que habían iniciado la dirigencia, delegados de diferentes zonas elevaron un petitorio exigiendo: 1) la equiparación salarial con los sueldos de la nación; 2) que los complementos salariales sean pasados al básico; 3) que las decisiones paritarias sean tomadas previas consulta a las bases en asamblea; 4) no se aceptara ningún incremento en negro.
El acuerdo era la contratara a estos reclamos. Por eso apenas conocido, 1º en Santa María surgieron las primeras voces de repudio, luego en Tinogasta y en Fiambalá la docencia decidió iniciar paros, y finalmente el viernes 2 se decidió una autoconvocatoria frente a la sede central de Ateca que reunió a unos 300 docentes de varias zonas del interior provincial y la capital. La sede estaba cerrada y cuidada por un piquete policial. La concentración se transformó en una asamblea donde las mociones estuvieron dirigidas a repudiar a la secretaria general, Nancy Quiñones, a plantear la huelga general. Se denunció al discurso de Cristina y al hecho de que los legisladores provinciales se le habían otorgado un 150% de aumento. Docentes de Tinogasta denunciaron que recibieron la visita de Quiñones para convencerla de que levante el paro, pero que fue repudiada, y que en Tinogasta se había unificado la lucha docente con la lucha contra la mega minería a cielo abierto.
Finalmente, la asamblea decidió realizar paros de brazos caídos el día lunes, miércoles y jueves con asambleas en las escuelas, el martes Ateca adhiere al paro nacional y el viernes movilización a las 19:30 con la presencia de los docentes del interior. Al concluir se marcho por las calles céntricas hasta la casa de gobierno.
Esto recién comienza.
