Sindicales

11/8/2005|912

Rebelión en Comercio

Contra la paritaria antiobrera

Finalmente, el “aumento” miserable de la paritaria antiobrera que firmó Cavalieri y avaló el gobierno K no lo paga nadie. Los supermercados Jumbo, Norte, Disco, Carrefour, Coto (y la lista sigue…) han “absorbido” distintos ítems de los recibos de sueldo, como premios o tickets canasta, licuando el aumento a nada e inclusive, en algunos casos, reduciendo el salario por malas liquidaciones. Sólo en casos excepcionales (de compañeros a los que prácticamente no había que absorberles) han recibido algún tipo de aumento.


Esta mojada de oreja está generando una situación explosiva en el gremio mercantil. La bronca estalló porque con el cobro de agosto se debía percibir el primer 9% de aumento, que se completaría con otro 9% en septiembre. Pero los compañeros constataron que no se trataba de un aumento efectivo sino simplemente de una burla, generado una verdadera rebelión.


Los reclamos y las asambleas se extienden en los supermercados de todo el país: 70 trabajadores de Disco se movilizaron la semana pasada a la puerta de la Federación en la Capital en repudio al convenio trucho. En Entre Ríos los delegados de Norte (ex Casa Tía) están denunciando el convenio y han lanzado una gran campaña de prensa en la provincia. En Cotos de Capital se vienen realizando asambleas en repudio al convenio y se está preparando en conjunto con los delegados de los Coto de rosario un quite de colaboración común para el feriado de la semana entrante, que puede extenderse a otros sectores. Clarín informa que “el titular de la CAC (la Cámara Argentina de Comercio), Carlos de la Vega, señaló que “en algunas bocas de los supermercados Disco, Carrefour y Coto y en comercios de Bariloche, Tierra del Fuego y Ushuaia se produjeron reclamos sindicales, por lo que los empleados consideraron una aplicación incorrecta de la suba salarial” (Clarín, 5/8). En varios Jumbo y Carrefour se esta deliberando si se va a la huelga. El sindicato zonal de San Martín se ha declarado en “alerta de movilización” y reclama un aumento del 30%. Se plantea objetivamente la lucha por la caída del convenio trucho que habilita desenganches y absorciones del aumento, además de atacar un conjunto de derechos obreros (vacaciones, aguinaldo, derecho de huelga, etc.).


La situación pone sobre el tapete las dos reivindicaciones fundamentales del gremio: La defensa del descanso hebdomadario (sábado y domingo) y un salario mínimo de 1200 pesos.


Las patronales y el Ministerio se aprestan a ejecutar la cláusula anti-huelga del convenio que traslada los conflictos al ámbito de una comisión negociadora entre la Federación mercantil y la Cámara patronal durante dos meses. El titular de la cámara patronal “consideró que debería formarse la comisión de seguimiento de potenciales conflictos en la instrumentación de este convenio, que prevé” para, de este modo, “ poner en stand by cualquier nuevo conflicto” (Clarín, ídem).


El gobierno K no se hizo esperar: “el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, les hizo saber a los comerciantes y al gremio que ‘en los próximos días convocará a una audiencia para definir a los integrantes de esa comisión’”. (ídem)


Pretenden frenar los conflictos con una comisión negociadora conformada por los mismos delincuentes que firmaron y homologaron el convenio trucho.


Pero la burocracia y el gobierno tienen un problema adicional: hay reclamos que no están en “el marco del convenio”, como el descanso dominical.


El gremio con más afiliados en el país es un verdadero polvorín; con la juventud a la cabeza los trabajadores mercantiles empiezan a ponerse de pie. La lucha contra el convenio trucho recién comienza.