El lunes 13 de agosto el Consejo Deliberante de Marcos Paz aprobó el ajuste para los trabajadores municipales contratados y de planta permanente. Los empleados que cobran en bruto de 501 a 1.000 pesos tendrán una rebaja del 8%; de 1.001 a 1.500 pesos, el 12%; de 1.501 a 2.000 pesos, el 15%, y más de 2.000 pesos, el 20%. A todo esto se suma la reducción del 50% de bonificaciones, extras y plus.

El Ejecutivo municipal ha expresado “que se cortó la cadena de pago y la carencia de efectivo obliga el municipio a realizar este ajuste”. Pero dicho ajuste no afecta los gastos desmedidos y abusivos, como, por ejemplo, en la remodelación de la Plaza San Martín, donde gastaron 70.000 pesos.

Los trabajadores municipales hoy tienen el sindicato intervenido por un burócrata vendido quien junto a la patota municipal hicieron el trabajo sucio para desmovilizar y confundir a los municipales. Pero esta maniobra es pasajera, porque cuando los trabajadores cobren una miseria la rebelión se hará sentir. Para garantizar un plan de lucha organizado se debe convocar una Asamblea General de los municipales, votar un cuerpo de delegados. Por una huelga general en el distrito que derrote el ajuste. Que se vaya Salzman. Por la unificación de la lucha docente y municipal.