Rechacemos los despidos en Atucha

Los trabajadores no tenemos por qué pagar los negociados de los K ni del PRO

Partido Obrero de Zárate y Campana


Más de 600 empleados de la construcción han sido despedidos e informados del fin de la obra civil de Atucha.


 


Ya a fines de febrero terminó de conocerse lo que se rumoreaba desde que las contratistas que orbitan alrededor de la Unidad de Gestión que construyó Atucha 2 resolvieran no pagar los salarios: el gobierno no habilitará los fondos para comenzar con Atucha 3 da por concluidos los contratos con estas empresas, lo que inmediatamente dejará a miles de trabajadores en la calle, aún cuando la Uocra hizo campaña de que “acá no pasa nada” y aceptó una vaga promesa de continuidad de las obras para ahorrarse cualquier medida de lucha.


 


Los trabajadores que construyeron Atucha 2, subcontratados por empresas amigas del kirchnerismo, se encontraban -en lo que sin duda fue una gran estafa- desde la finalización de la obra empleados en tareas en la municipalidad de Zárate y en el obrador de Atucha 2, esperando por un comienzo de los trabajos de Atucha 3 que supuestamente era inminente. Esto no sólo le evitó al gobierno K sumar despidos en un año electoral, sino que también le ahorró a las empresas amigas el pago de las indemnizaciones (que el Estado ya pagó y estas empresas embolsaron).


 


El gobierno de Macri acusa al kirchnerismo de dejar el proyecto Atucha 3 con un año de atraso y sin financiamiento, frente a lo cual no necesitaría mantener a los trabajadores sin una fecha cierta de inicio de obra. Y anunció su intención de “revisar” los contratos firmados por los K.


 


Más allá del cacareo, el gobierno aclaró su intención de honrar los acuerdos con China por la construcción de Atucha 3.


 


Lo que está en juego realmente es el control de una obra millonaria, quizá el proyecto de construcción mas grande de la década, valuado en miles de millones de dólares. Es claro que Macri pretende reemplazar a las empresas de De Vido por otras con las que acuerde.


 


En la disputa abierta por los recursos de la patria contratista los que pagan el pato son los trabajadores, que hoy se quedan sin trabajo (y con la duda de si cobrarán las indemnizaciones y fin de obra correspondiente). Y que probablemente sean recontratados a menor valor, cuando por fin el gobierno termine de armar el esquema de negocio con sus propios amigos.


 


Las consecuencias serán desastrosas para los compañeros de la construcción y para la zona, azotada por el cierre de empresas, los despidos masivos en Siderca, los depidos en el municipio de Campana, y la lista sigue. Es preciso que los afectados se pongan de pie, asamblea en toda empresa que suspenda o despida y una asamblea general de la construcción para definir un plan de lucha por la preservación de los puestos de trabajo y el cumplimiento de todas las obligaciones salariales y contractuales que correspondan.


 


Luchamos por que se implemente de inmediato un plan de obras públicas para generar de inmediato los puestos de trabajo necesarios, en base a un impuesto especial a las grandes fortunas. Corresponde además  que se paguen los premios de fin de obra que se adeudan, que se retiren las contratistas y que los trabajadores sean contratados directamente por la Unidad de Gestión. Los sindicatos y las CGTs  deben salir de su inmovilismo ya. El camino es impulsar este programa con una fuerte organización independiente.