Sindicales

27/11/2014|1342

Rechazo al 28%


Por primera vez desde que está al frente del gremio, Cirielli perdió una votación en el Cuerpo de Delegados de Apta. Su objetivo era hacer pasar una paritaria del 28 por ciento -que Recalde impuso a las restantes burocracias de la Fapa (federación de gremios de aerolíneas)- con diversos adornos que no tocaban el sueldo: más pasajes, viáticos, más días de licencia por matrimonio, etc. Tampoco se disminuía la presión insoportable del impuesto al salario.


 


El día anterior, una asamblea de 250 técnicos aeronáuticos en los hangares de Ezeiza había votado rechazar el acuerdo y movilizarse al gremio a la salida del turno. El reclamo central era el pase al básico de las numerosas sumas no remunerativas. Esto representaría un aumento salarial considerable, ya que todas las tareas especiales, viáticos, antigüedad y categorías parten de este básico que ha quedado reducido a la nada. Son los compañeros más antiguos a los que se les acerca la edad jubilatoria, que tradicionalmente estuvieron alineados con Cirielli, los que han roto el cerco.


 


La movilización al gremio no fue pasiva. Los compañeros realizaron fogatas, cantos y pintadas rechazando el acta y reclamando asamblea general; incluso ingresaron masivamente al sindicato expresando una bronca largamente acumulada.


 


En el cuerpo de delegados se desarrolló un intenso debate. La burocracia planteó que había que aceptar el 28 por ciento o ir a un paro, corriendo por izquierda al sector de delegados que bajo la presión de la movilización planteaban rechazar el acuerdo y que Cirielli vuelva a discutir con Recalde. Finalmente, se pusieron a votación tres mociones: aceptar el acta acuerdo (15 votos), rechazar y seguir negociando (20 votos) y rechazar y convocar una asamblea general para votar un plan de lucha (ocho votos). También se rechazó una suma por única vez equivalente al 26 por ciento, cuyo pago se haría por fuera del salario “para evitar el pago de Ganancias”, actuando Apta como pagador a cambio de un 5% por la gestión. 


 


La fractura en el Cuerpo de Delegados está liderada por sectores desplazados de la directiva. Temen a la asamblea general y su enfrentamiento con Cirielli se circunscribe a recuperar sus sillones. El enorme descontento y las elecciones del gremio en 2015 aceleran la crisis y los realineamientos burocráticos.


 


El activismo empieza a actuar como un bloque cada vez más definido. En el nuevo plenario se aprobó de manera abrumadora la moción de apoyar la lucha de los despedidos y reclamar al gremio se los considere afiliados plenos con derecho a la obra social.


 


La burocracia que pretendía votar contra la defensa de los despedidos no se animó a intervenir. Se abre una enorme oportunidad para poner en pie una alternativa antiburocrática en Apta, basada en la movilización independiente de los técnicos aeronáuticos.