El ataque que el gobierno nacional y los gobernadores preparan sobre el movimiento obrero y, particularmente, sobre los trabajadores del Estado nacional no sólo comprende unos 20.000 despidos -según los trascendidos mediáticos- y ataques al convenio colectivo. De acuerdo al borrador del proyecto de reforma impositiva, se abre la posibilidad de que miles de estatales pasen a tributar ganancias.

 

Resulta que el artículo 49 del proyecto modifica unilateralmente el conjunto de convenios colectivos de trabajo que consagran la excepción de ítems salariales para el cálculo del impuesto sobre el salario.

 

Para el caso del convenio mayoritario de los trabajadores del Estado nacional (Sinep), implica dejar sin efecto el artículo 80 que exime del cálculo de ganancias el ítem correspondiente a la "dedicación funcional", por el que la gran mayoría de los estatales quedaban exceptuados de esta confiscación salarial.

 

El salario básico de los estatales nacionales está compuesto en un 60% de éste ítem. De modo que de prosperar la reforma, implicaría un golpe frontal al convenio y una fuerte reducción salarial de miles de estatales. Para ejemplificar, en los niveles salariales y escalas del impuesto de hoy en día, un profesional nivel B0, pagaría un impuesto anual de $7.000, cuando al día de hoy no paga el impuesto. Con esta medida, una porción de la paritaria del año que viene quedará en muchos casos absorbida por este impuesto.

 

El silencio de la burocracia sindical de la CGT sobre este tema también delata qué tan a fondo han pactado con el gobierno la entrega de conquistas obreras a cambio de la preservación del unicato sindical y de los fondos de las obras sociales.

 

Desde el Partido Obrero y Tribuna Estatal rechazamos de plano el impuesto sobre los salarios convencionados y hemos presentado proyectos por su abolición. De igual manera, rechazaremos todas las reformas antiobreras en el parlamento y en las calles.