Sindicales

23/11/2017

Reforma laboral e indemnizaciones: el gobierno quiere transformar a todos los gremios en la Uocra

"Con este sistema va a costar menos despedir a alguien", celebró Gustavo Weiss, titular de la Cámara de la construcción.

Comisión Directiva del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Construcción


El abaratamiento de las indemnizaciones fue siempre una de las máximas aspiraciones de las patronales argentinas. Una estrategia de cómo reducirlas se comenzó a delinear en 1967, en pleno "onganiato"; la Uocra, en ese entonces conducida por Rogelio Coria, era parte de un núcleo "participacionista" de la dictadura de Juan Carlos Onganía.


 


Fue en aquel período que Coria negoció con la dictadura en nombre de su gremio el fondo de cese laboral, que fue el fin de la indemnización que preveía la ley de despido para los trabajadores de la construcción. Desde el ‘67 hasta julio del ‘80 rigió la llamada ley Coria, pero fue otra dictadura, la de Jorge Rafael Videla, la que partiendo de la entregada de Coria dio nacimiento a la 22.250 –una ley de un gobierno de facto con un milico, Horacio Tomas Liendo, como ministro de Trabajo.


 


Aun muerto Coria a manos del ERP en el ’74, la llamada “Ley Coria” siguió vigente a través de la 22.250. Esta estableció la eliminación de: 1) el preaviso; 2) la cuenta del aguinaldo en el monto indemnizatorio; 3) la inclusión de las horas extras de la liquidación finales –dejando establecido sólo el cobro paupérrimo del presentismo .


 


Además del achique en las indemnizaciones de los trabajadores de la construcción, el llamado Fondo de Cese Laboral que rige desde el ‘67 es una enorme ventaja económica para a las patronales, pues las mismas ponen para ese fondo un 12% de los salarios percibidos el primer año y el 8% los años subsiguientes


 


Haciendo un cálculo grueso promedio, la indemnización percibida por un obrero de la construcción con 10 años de antigüedad es alrededor del 40% de lo que percibe un trabajador de la UOM –que hoy se rige por la Ley de Contrato de Trabajo– con el mismo tiempo trabajado.


 


El proyecto de reforma laboral que el Gobierno presentó la semana pasada y que ahora discute con la burocracia quiere que el modelo que ya se aplica en el sector de la construcción desde el año que viene pase a ser la regla en el sistema laboral argentino.


 


Recientemente el titular de la Cámara Argentina de la Construcción Gustavo Weiss, que se ha transformado en el principal defensor del proyecto de Macri, declaró: "El fondo se implementó en nuestra actividad hace más de cuatro décadas y es algo que se puede trasladar al resto de los sectores. Con este sistema va a costar menos despedir a alguien, ya que los empleadores irán pagando las indemnizaciones mensualmente, conformando un fondo a tal fin. Ese fondo se actualiza cada mes por la evolución de la UVA, lo que en la práctica representa una forma de abonarlo en cuotas. Llegado el final del vínculo, ese dinero se pone a disposición del empleado y resta poco por pagar", (El Cronista, 10/11)


 


Los bolsones de López


 


Las declaraciones de La Cámara de la Construcción vienen de una cámara patronal donde la distancia entre el precio del metro cúbico de construcción y el salario de los obreros que lo construyen es abismal. El convenio de la Uocra pactado con esa Cámara es una de las naves insignia de la flexibilización laboral en la Argentina; el sector registra el índice más alto de trabajo en negro y de fraude laboral, y para defender todo esto se ha creado un sistema de mafias hoy ya fuera de control para las propias patronales que los alimentaron.


 


Pero lo más grave, aunque López haya aparecido como el malo de la película y hoy esté preso por cargar con bolsos con millones de dólares, es que nada se ha dicho de que la casi totalidad de esos fondos vinieron de la sobrefacturación de la obra pública, una estafa que se hacía a través de la Secretaría de Planeamiento, con la complicidad del gremio y la propia Cámara de la Construcción –quienes fueron los principales beneficiarios de esa enorme estafa al pueblo argentino.


 


Los trabajadores de la construcción repudiamos los intentos de reforma laboral, defendemos el criterio histórico de las indemnizaciones y venimos denunciando sistemáticamente a estos empresarios cómplices con el kirchnerismo de la masacre laboral y que ahora se ponen la camiseta del macrismo para seguir con los mismos métodos negreros que tienen desde la dictadura militar.